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viernes, 13 de junio de 2008

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Geopolítica

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La geopolítica y los delirios imperiales.
De la expansión territorial a la conquista de mercados.


1. Resumen
2. Introducción
3. Las teorías geopolíticas y la extensión territorial
4. Clasificación de la Geopolítica
5. Racionalismo, determinismo y organicismo como fundamento filosófico de la Geopolítica
6. Conclusiones
7. Referencias bibliográficas

RESUMEN:

Este artículo está orientado a la explicación de manera breve del concepto Geopolítica, su origen, su desarrollo, sus escuelas y su impacto a principios del siglo XX.

Se pretende que cualquier lector desprevenido, sin mayores conocimientos geográficos, encuentre la importancia de esta nueva ciencia en la vida de las naciones.

El proceso de globalización está permitiendo que la teoría sobre la supervivencia de los estados, altere de manera importante las relaciones económicas, anteponiéndolas a los intereses políticos. Pero también la acumulación de grandes capitales por compañías transnacionales, hoy parece una nueva forma de hacer Geopolítica.

El artículo forma parte de una investigación de alcance mayor sobre las nuevas prácticas de esta ciencia que se encuentran en pleno desarrollo al iniciar el siglo XXI.

PALABRAS CLAVE: geopolítica, territorio, espacio, estrategia, imperio, ideología.

ABSTRACT: This article introduces the concept of Geopolitics through a brief discussion on the orígen, schools of thought, development, and impact of this new science in the beginning of the 20th Century. The author strives to create an awareness for the importance of Geopolitics in the livelihood of nation-states using concise language for readers without prior geographical knowledge. The process of globalization combined with the accumulation of large sums of capital by transnational enterprises has allowed for the theory of the survival of states to be altered, placing economic relationships before political interests. This could present a new form of Geopolitics. This document forms part of an ongoing research effort that aims to identify and understand new applications of Geopolitics.
Key Words: geopolitics, territory, space, strategy, empire, ideology.

INTRODUCCIÓN

El las páginas siguientes se exponen los principales elementos teóricos de la geopolítica, como contribución al renacimiento de esta ciencia que retoma su dinámica con la globalización.

La importancia del tema radica en que su práctica al inicio del siglo XX favoreció la extensión territorial de algunos estados y hoy se presenta como forjadora de verdaderos imperios económicos.

“Geopolítica es el estudio de la influencia del espacio geográfico sobre los estados y su política”.

Con frecuencia se identifica con la geografía política, de más amplio contenido.

La Geopolítica nace de las ciencias políticas y de la geografía política y por lo tanto hace parte de las primeras, constituyéndose en una ciencia dinámica que estudia la influencia de los factores históricos, políticos, sociales y económicos en la vida y proyección del estado y por lo tanto, sus conclusiones son de tipo político; es útil para deducir necesidades y determinar los objetivos del estado con miras a mantenerlo o como forma de alcanzarlos y para esto se basa en la geografía política. Inversamente establece las consecuencias geográficas de una política y guía al estadista y al conductor político.

Otra definición difundida por el Instituto de Geopolítica de Alemania, argumenta que “Geopolítica es la doctrina de las relaciones terrestres, de los desarrollos políticos” y se basa en los amplios fundamentos de la geografía, especialmente de la geografía política y es la doctrina de los organismos espaciales políticos y de su estructura.

Esta definición, sin embargo, no coincide con la que propuso Rudolf Kjellén, para quien la geopolítica es “la doctrina del Estado considerado como un organismo geográfico o fenómeno del espacio .”

La geografía política es ciencia madre de la geopolítica y hace parte de la ciencia geográfica; es una ciencia estática que estudia la tierra como hábitat del hombre en un momento dado y sus conclusiones son eminentemente geográficas.

Es útil para conocer condiciones específicas de un problema y se basa en la geografía humana; considera al mundo dividido en estados para estudiar la organización político-administrativa de cada uno de ellos.

La geopolítica sirve de fundamento y propone directrices de acción a la política, subordinándose a ella y poniendo a su servicio acontecimientos de la ciencia geográfica.

Tres formas distintas dieron origen al renacimiento de la Geopolítica:

1. El término geopolítica se empezó a utilizar para referirse a la rivalidad global en la política mundial y su etimología ha sido aprovechada para referirse a un proceso general de organización para lograr que exista un equilibrio de poder.

2. La preocupación de la academia ha propendido por la aparición de una geopolítica moderna y es así como los historiadores críticos han pasado a formar parte de esta geopolítica de los geógrafos, investigando entre otros temas la geografía de la guerra y de la paz. Sin embargo, y pese a muchos esfuerzos, la geopolítica todavía se presenta como rival de la geografía política.

3. La guerra fría involucró grupos de presión pro-militares y neoconservadores que utilizando argumentos de la geopolítica, la aprovecharon en favor suyo para tratar de balancear los espacios de poder, pretextando imperativos geopolíticos al considerar que la geografía ha sido el factor permanente en torno al cual, debe girar todo el pensamiento estratégico.

Existen dos tradiciones intelectuales en el estudio de las relaciones internacionales, estrechamente ligadas a la geopolítica y constituyen lo que se ha denominado el realismo y el idealismo, habiendo predominado la primera, la cual fue conformándose a partir de una serie de obras clásicas sobre el arte de gobernar y la rivalidad interestatal, entre las que vale la pena destacar la de Maquiavelo y la de Clausewitz.

Estas teorías enfatizan que el Estado permanentemente se encuentra en situación de inseguridad y por consiguiente, recomiendan la adopción de diversas medidas que se inscriben en una política de poder, que en el fondo significa que los estados más fuertes impongan su voluntad a los más débiles.

Es por esto, que la guerra o la amenaza de invasión tiene un papel trascendental en esas recomendaciones realistas de las relaciones internacionales.

Los idealistas por su parte rechazaron esas recomendaciones y tildaron a los realistas de amorales, pues ellos practicaban una doctrina liberal que intentaba asegurar las relaciones internacionales sobre bases constitucionales firmes y no sobre el realismo conservador que ha favorecido y favorece a los más fuertes.

Tradicionalmente la geopolítica estuvo inmersa en el determinismo de los realistas y esa fue una de las causas para no desarrollarse y para ser excluida del mundo académico.

Las teorías del poder relacionaron los espacios físicos con la dominación del mundo y aunque en la actualidad algunos países desarrollados las aplican con éxito, la teoría liberal de los idealistas intenta la aparición de un nuevo mundo donde los estados conserven su autonomía lejos del colonialismo y la dependencia.

Cuando se habla de geopolítica necesariamente hay que referirse a la teoría del corazón continental (Heartland) de Sir Halford Mackinder, pues a través de todos los tiempos se ha considerado el modelo geográfico más conocido en el mundo y en la actualidad las discusiones sobre política exterior se inspiran en ella, en especial en lo relativo a la doctrina militar occidental. Por primera vez en 1.904 esta teoría se presentó en una conferencia con el nombre de El Pivote Geográfico de la Historia y posteriormente en una segunda presentación después de la Primera Guerra Mundial se retocó con el nombre de Ideales Democráticos y Realidad.

Muchos estrategas se inspiraron en Mackinder pero en la actualidad, hay quienes lo consideran más un economista político que un geoestratega del que siempre se habló en geografía política

Es posible entonces, que Mackinder hiciera aplicación práctica de la geografía refiriéndose a las enseñanzas del Maestro Sun Tzu, quien desde el año 475 A.C. plasmó en su libro clásico El Arte de la Guerra lo siguiente sobre la importancia del terreno, el territorio, el espacio, el estado y el poder:

"Según las reglas de las operaciones militares hay nueve clases de terrenos (:)

(1) Donde los intereses locales pelean unos contra otros, es lo que se llama terreno de disolución.

(2) Cuando penetras en territorio ajeno sin profundidad, se llama terreno liviano.

(3) El espacio que puede ser ventajoso para cualquiera de los contrincantes se llama terreno de contención.

(4) La tierra en la cual ambos bandos pueden ir y venir, se llama terreno transitado.

(5) La tierra que tiene tres lados rodeados por el enemigo y uno de unión con el terreno propio, se llama terreno de intersección.

(6) Cuando se penetra profundamente en el territorio enemigo, cruzando muchas ciudades y pueblos se llama terreno pesado.

(7) Cuando se cruzan montañas selváticas, desfiladeros empinados, ciénagas, o cualquier campo difícil de transitar, se llama terreno malo.

(8) Cuando el camino es estrecho y la salida tortuosa, de manera que una pequeña fuerza enemiga pueda atacar, aún cuando se tenga un número mayor, se llama terreno rodeado.

(9) Cuando se puede sobrevivir si se batalla con rapidez o al contrario, perecer, se llama terreno de muerte.

Así, pues, no debes batallar en un terreno de disolución, no debes detenerte en un terreno liviano, ni atacar en terreno de contención, ni dejarte aislar en un terreno transitado. En terreno de intersección debes crear comunicaciones; en terreno pesado saquea, en terreno malo sigue; en terreno rodeado haz planes, y en terreno de muerte, pelea !"

Esta cita permite entender cómo la geografía fue factor importante en la guerra desde que el hombre existe; de igual manera, explica el interés especial de los militares del mundo por incluir en sus programas académicos, nociones y especialidades en geografía.

A escala mayor, también explica la práctica de la geopolítica como medida eficaz para mantener el orden mundial, orden que en un principio se constituyó en bandera de realistas y conservadores y que en la época moderna ha sido combatido por los idealistas liberales; orden respetado por unos y despreciados por otros, pero al fin y al cabo, orden .

Pese a que en la mayoría de estudios sobre las relaciones internacionales del período de entre guerras predominaba el pensamiento de los idealistas, en un rincón de Europa, en la derrotada Alemania triunfaron la tesis realistas acerca de la situación mundial y es que en ese país el idealismo estaba desacreditado porque se lo relacionaba con el Tratado de Versalles y Postdam (1.919-1.945) mediante el cual cayó el Hito de la Guerra del Vietnam.

El auge de la geopolítica alemana tuvo entonces como objetivo la revisión del Tratado de Versalles justificando esta actitud mediante el uso del término espacio vital, original de Friedrich Ratzel, con el cual argumentaba que los problemas de Alemania se debían a que tenía unas fronteras injustas que la aprisionaban y por lo tanto era conveniente su expansión.

La geopolítica alemana de la década del 40 en el siglo XX ha sido comparada con la doctrina nacional-socialista, poniendo de manifiesto las diferencias fundamentales entre las dos teorías porque esa geopolítica estaba inspirada en el materialismo científico de Ratzel, en tanto que el nacional-socialismo se apuntalaba en la idea de la existencia de cualidades humanas de tipo genético, con lo que se exaltaban las teorías de superioridad racial.

Haushofer intentó anular las diferencias entre esas dos teorías facilitando las relaciones entre el Tercer Reich y el mundo académico y fue por esta razón que la geografía se convirtió en la disciplina científica a la que se culpó con mayor fuerza de la legitimación del régimen nazi. Hoy se la culpa de otros problemas conforme a la siguiente cita:

"La geopolítica contemporánea se caracteriza por una compleja coexistencia de espacios absolutamente controlados y de territorios planificados, al lado de nuevas tierras incógnitas que funcionan con una lógica interna propia, al margen del sistema que los ha engendrado. La guerrilla zapatista, los narcotraficantes colombianos, los señores de la guerra somalíes, las tribus urbanas o las mafias rusas se nos aparecen como nuevos agentes sociales creadores de nuevas regiones, con unos límites imprecisos y cambiantes, difíciles de percibir y aún más de cartografiar, pero enormemente atractivas desde un punto de vista intelectual."

LAS TEORÍAS GEOPOLÍTICAS Y LA EXTENSIÓN TERRITORIAL

Las teorías del dominio del corazón de la tierra, del dominio del mar y del dominio del espacio aéreo, hicieron que la geopolítica mostrara en toda su plenitud una importancia vital por cuanto a través de ellas, eran los diferentes espacios los factores preponderantes en las relaciones de poder.

Hoy se afirma con razón o sin ella que la globalización a través de los negocios que realizan las empresas transnacionales, permite traspasar fronteras sin que se presenten los delicados problemas de las relaciones internacionales entre los supuestos agredidos y agresores.

Sin embargo, “la frontera política, considerada bajo el ángulo de un límite de soberanía, sigue siendo por esencia, el perímetro espacial y legal del sistema político ”.

Mencionaré de manera breve esas teorías geopolíticas:

a. El mar y la teoría de Mahan: El Almirante americano Alfred Thayer Mahan realizó un primer trabajo estructurado al respecto denominado The Influence of Sea Power Upon History escrito en 1.890 el cual lo hizo surgir de repente en los cinco continentes como el primer geopolítico. Abarcando la estructura del mundo, extrajo de la acción naval de la Gran Bretaña los principios que debían servir de guía para un posible dominio del globo.

Esta teoría consistía en que la nación que quisiera conquistar el mundo debería ser rica y esa riqueza la lograría por medio de una gran industria, la cual tendría que abastecerse de materias primas traídas por una marina eficiente que a su vez llevaría los productos manufacturados a los principales centros del comercio, trazando así una especie de figura cerrada en movimiento constante.

“Dominio Terrestre es el control político y militar sobre el heartland; pero si se posee también el control de los mares, su dominio puede ser universal ”

Sin embargo, era lógico que aquellas líneas de navegación pasarían muy cerca de lugares donde estarían en peligro de ser interceptadas cuando llegasen a abastecerse de agua, alimentos, combustibles o productos naturales y para evitar ese contratiempo no era factible otro sistema de defensa que adueñarse de esas bases por medio de tratados o por la fuerza. Inglaterra estableció para ello varios ejes de navegación que se fueron apoderando de determinados puertos, islas o estrechos y fue así como 16 sitios cayeron bajo ese dominio: Gibraltar, Malta y Suez sobre el Mediterráneo; Terranova, Jamaica y las islas Flakland o Malvinas en América, Suráfrica y Diego Suárez en África; Yemen, India, Singapore, Darwin, Tasmania, Srawak y Nueva Zelandia en Asia : Siglos después, aún se reúnen periódicamente algunos países con la Gran Bretaña para lograr que les sean devueltos los territorios que les arrebataron desde los tiempos de su predominio y una cruenta guerra libró Argentina en 1.982 por recuperar las Malvinas, con resultados negativos.

b. La tierra y la teoría de Mackinder: El 25 de febrero de 1.904 el profesor inglés Sir Harlford Mackinder, director del Observatorio Astronómico de Greenwich y profesor de geografía de la Universidad de Londres, pronunció una conferencia denominada El Pivote Geográfico de la Historia, la cual causó profunda impresión en todo el mundo al haber sido diseñada como uno de los fundamentos de la Geopolítica; en ella sostenía Mackinder que Mahan estaba equivocado.

Las líneas férreas habían avanzado técnicamente y se adivinaba la tendencia a formar continentes compactos. Según el profesor, la parte enjuta del globo era el medio único para lograr la conquista mundial; era esa mitad seca donde se encontraba lo grande que había hecho el hombre, la cultura, la riqueza, la ciencia y donde se hallaban también los elementos dominantes de la humanidad; sostenía de igual forma que los medios o elementos que en esa época existían en cuanto a comunicaciones, permitían llegar a los puertos oportunamente fuerzas suficientes para alejar a los barcos que a ellos arribaran.

Basado en mapas cuidadosamente preparados demostró que existía una extensa área situada en la parte occidental y continental de Rusia que estaba al norte ceñida por el Ártico, al sur y al sureste por grandes cadenas montañosas de Europa y Asia; y al oeste por la fosa del Volga que se alargaba hasta la profunda entrada del Mar Báltico.

Fue precisamente a esa zona a la que llamó Pivote Geográfico de la Historia, nombre que sus comentadores cambiaron por el de Europa Central. Sostenía que esa región no podía ser atacada por mar como imaginaba Mahan y para su defensa por tierra contaba con poderosos ejércitos de infantería.

Ese pivote se encontraba rodeado de una serie de penínsulas formando una especie de reborde protector al que Mackinder llamó La Región Marginal Creciente, la cual a su vez estaba protegida por una serie de islas continentales algunas y lejanas otras, y a esa faja casi circular que envolvía desde lejos el pivote la denominó La Tierra de la Región Insular Creciente.

En sus mapas, Mackinder hizo notar el error común de hablar de tres continentes al mencionar a Europa, Asia y África ya que los tres están física y estrechamente unidos por la extensa región del Medio Oriente. Ese espacio formaba en vez de tres continentes una gigantesca isla a la que denominó La Isla Mundial. En ella cualquier potencia podría encontrar todos los medios necesarios para la conquista del mundo: hombres, materias primas, la más apta y numerosa juventud, así como la industria y el dinero que pudiera necesitar.

Una vez estudiadas y evaluadas estas tres áreas, Mackinder formuló la ley que lleva su nombre y que los críticos elogian o combaten de continuo:

1. “El que domine la Europa Central, controlará el corazón mundial.

2. El que controle el corazón mundial, dominará la isla mundial.

3. El que domine la isla mundial, dominará el mundo ”

Destacados analistas revisaron la teoría de Mackinder, entre ellos Nicolás Spykman, profesor emérito de la Universidad de Yale, quien sostuvo sus puntos de vista en un libro titulado Geografía de la Paz, que aunque escrito en 1.944 sigue siendo base de consulta para los principales aficionados a la geopolítica mundial.

Spykman sostenía que esta política mundial por firme que parezca cambia con suma facilidad y que Mackinder había dado a su ley un carácter permanente lo cual era inadecuado para los tiempos modernos y además, concebía la geopolítica en una forma diferente.

La geopolítica - decía - “es el planeamiento de la seguridad política de un país en términos geográficos”.

Los dos términos fundamentales, para él son espacio y tiempo. Por espacio entendía la localización del Estado que variaba con el crecimiento o decrecimiento de los centros mundiales de poder o con el crecimiento o decrecimiento de las grandes potencias que tenían relación con el Estado. Por el tiempo geopolítico entendía el poder del estado en comparación con los demás.

El rimland (borde-cerco-orilla) como Spykman llamaba al exterior creciente era una zona de inmenso valor por ser invulnerable a la marina, pese a la teoría de Mahan.

Así Spykman estableció su nueva ley: “Quien domine el rimland, dominará a Eurasia. Quien domine a Eurasia, dominará el mundo ”.

Complementaba su principio con la idea de que la cooperación de marina y aviación eran indispensables para obtener el éxito. Se empezó entonces a hablar de las operaciones conjuntas en el campo militar permitiendo el desarrollo de estas dos especialidades en forma acelerada.

c. El aire y la teoría de Reigner: El gran investigador Robert Hutchings Goddar advirtió que las especulaciones relacionadas con el dominio del globo por medio del aire juegan un papel de importancia suma, especialmente en estos momentos en que el hombre empezó a dar sus primeros pasos en el dominio del espacio (atmosférico), campo en el cual se alcanzó en diez años un adelanto no soñado en diez siglos y se avanzó con una rapidez espectacular que dejó atrás todos los progresos logrados a partir de las ideas de Mahan y de Mackinder.

Hasta tal punto llegó esta diferencia que a nadie se le hace extraño que Hutchings afirmara que “la física y la química han llegado a producir medios de destrucción ante los cuales las bombas atómicas lanzadas sobre las ciudades japonesas de Iroshima y Nagasaki, son juguetes comparados con las actuales dada su inmensa capacidad destructiva, sin tomar en cuenta los medios secretos que ocultan celosamente los adversarios para un caso decisivo” sin olvidar un hecho que empeora tremendamente la situación y es la explosión demográfica que aumenta las posibilidades de muerte en forma incalculable. Hutchings no se equivocó porque hoy, el fenómeno de la guerra no se desarrolla a campo abierto sino que tiene a la ciudad como su gran objetivo.

La tendencia irrefrenable de la gente a agruparse en las grandes ciudades permite a los medios actuales destruir una urbe millonaria en pocos segundos.

Además el acelerado crecimiento de las ciudades, llegará a convertir a Europa en una sola urbe, transformando a estas metrópolis a las que se ha dado en llamar, el protofenómeno de la Sociología, porque pasada la Segunda Guerra Mundial hicieron que los medios defensivos empleados en ellas ya no tengan vigencia.

En la gran ciudad actual todos los medios y servicios son interdependientes; la falla de uno de ellos acarrea la paralización de casi todos los demás: electricidad, gas, agua, transporte, salud, comunicaciones y muchos más.

Estas consideraciones, más los progresivos adelantos de la técnica destructora, han llevado a la clara concepción política de que una verdadera conquista mundial debe dejar la tierra y el agua y basarse en los postulados reales del momento.

El profesor francés De Reigner acompañado por un amplio grupo de técnicos, planteó la situación de la siguiente forma: el gran blanco estratégico actual es la gran ciudad y de su destrucción depende la victoria

El mundo - dijo - con la desordenada distribución humana en la corteza terrestre, ha hecho que los tres continentes, Europa, Asia y América, reúnan sus grandes masas terrestres en el polo norte. De 140 ciudades de más de un millón de habitantes, más o menos 120 están al norte del trópico de cáncer.

El resto se dispersa en fajas verticales separadas hacia el sur sin mayor comunicación entre ellas. Por eso el casquete norte mundial es la base de la actual civilización y la región que va adelante y dirige la historia del mundo.


Por otra parte, hacia allá las vías aéreas son más cortas y aptas para la sorpresa y las que ofrecen mayores dificultades a la defensa.

En un universo polarizado como el de hoy, la destrucción de las ciudades principales llevaría, si es posible la respuesta del contrario, a la total destrucción de la civilización y siguiendo la tentación de las naciones a destruirse se llegaría de acuerdo a lo indicado por Ratzel a que en la tierra solo hay lugar para una gran potencia.

El ataque del 11 de septiembre de 2.001 a las torres gemelas en New York dio la razón a Reigner y a Ratzel, pues una operación corta, sencilla y de bajo costo en términos económicos, comparada con los medios convencionales, causó miles de muertos y despertó la furia del gobierno de los Estados Unidos, iniciándose una campaña militar de gran escala fundamentada en la guerra preventiva contra el terrorismo Así entonces, las tres teorías esbozadas someramente implican el apoderamiento de un espacio ya sea sobre la superficie terrestre, el mar o el espacio aéreo con el objetivo específico de dominio total porque el poder siempre se ha fundamentado en el espacio .

Clasificación de la Geopolítica

El objeto de estudio de la geopolítica está constituido por las relaciones entre los factores geográficos, sociológicos, económicos, políticos, con las instituciones políticas y la vida del estado.

De la forma general o particular como se realice este estudio dependerá la clasificación de la geopolítica. Si dichas relaciones se realizan con criterio amplio e indeterminado, sus conclusiones serán de aplicación universal, sin que signifique que tenga carácter absoluto sino general.

En este caso estamos frente a la geopolítica general. “La geopolítica se origina en el concepto de que la naturaleza en tanto tal, con sus efectos sobre el hombre, regula la conducta humana y así, define sus intereses, tal como aseveran los diversos geopolíticos ”

Pero si se estudia la geopolítica de un estado o la influencia de un determinado factor geográfico, sociológico, económico, político, u otro, en la vida de uno o varios estados, nos encontramos con la geopolítica particular.

Por eso existen obras de geopolítica nacional que obviamente se refieren a un país específico, o de geopolítica del hambre, de la pobreza, de las enfermedades para señalar la influencia de estos flagelos en ciertos estados o regiones que lo padecen.

Como resultado de las diversas corrientes de la geopolítica, es frecuente encontrarla inapropiadamente clasificada o calificada. Por ejemplo, cuando se dice de un estado expansionista que tiene conciencia geopolítica, se está interpretando la geopolítica con criterio determinístico como si el factor espacial fuera el todo de su contenido.

Otras clasificaciones de la geopolítica están dadas por su interpretación conforme a la escuela que se trate: entre las más sobresalientes encontramos la escuela alemana, orientada por Friedrich Ratzel, Karl Haushofer y Rudolf Kjellen se considera organicista y determinística por el espacio y la particular situación de las ambiciones de la nación alemana en el pasado.

A partir de 1.945, hablar de geopolítica era inscribirse en el nacional-socialismo de la Alemania del Fuhrer; sin embargo las grandes potencias realizaban seguimientos a las investigaciones de los institutos de Geopolítica de Munich y Heidelberg. Eso confirma la importancia del tema y el temor que despertaba la geopolítica como elemento clave para mantener el poder relativo de combate de los estados interesados, es decir, la geografía no dejó de ser un terrible instrumento de poder.

Alemania ha sido la cuna de todas las disciplinas geográficas y sus primeros sistematizadores fueron Alexander Von Humboldt y Karl Ritter.

La escuela inglesa de Mackinder, fundamentada en el dominio del mundo a través de la repartición del mar y de la tierra, con el presupuesto de que la nación que tenga este doble poder y se sustente en una masa terrestre considerable orientada por el Heartland, será la dueña del universo. Fue Mackinder quien hizo los esquemas geopolíticos trascendentales y audaces que inspiraron a toda la escuela alemana.

La escuela norteamericana representada principalmente por el Almirante Mahan, Dorpalan, Weiger y Spikman principalmente, enfocada a desvirtuar la geopolítica alemana y a mantener la vigencia de la geografía política, confundiéndola con la geopolítica, pero de todas formas, creadora de métodos didácticos y analíticos.

Al principio de la década de 1.940 Strausz predijo que el papel predominante que asumirían los Estados Unidos en la economía mundial, sería de tal fuerza que no requeriría de expansión territorial alguna. Fue Strausz quien expuso las proyecciones de la geopolítica de su país en el sentido de que, “aunque los Estados Unidos no tienen interés en obtener porciones de los espacios que logren como resultado de su esfuerzo militar, si tiene el interés inmediato de implantar y mantener un orden universal que será la compensación de sus sacrificios ”
La seguridad de este orden universal dependería en última instancia, de la fuerza armada, al igual que la seguridad de cualquier sistema político, aunque sea muy pequeña la fuerza armada necesaria.

La escuela francesa de Vidal de la Blache, investiga no solo la influencia de los fenómenos geográficos en la vida del estado sino otros, especialmente basados en la actividad humana, en la capacidad del hombre para modificar la geografía y aún, el ambiente. En general expresa la importancia de las relaciones, de los intercambios, de las comunicaciones en la vida nacional, importancia que va creciendo en la medida de las conquistas técnico-científicas

La escuela soviética, un tanto desconocida en lo teórico pero que realmente, en la práctica guarda la heredad expansionista de los zares y retoma la escuela alemana implementándola a la ideología y praxis socialista, moldeada por la dialéctica y enriquecida por las conquistas logradas a partir de la Segunda Guerra Mundial. El autor ruso M. Illán presentó con mano maestra un cuadro de las aplicaciones que de las ciencias geográficas se ha hecho para conquistar y adaptar el medio de extensas regiones de la Unión Soviética.

La escuela italiana, con su reivindicación colonial, imperial, centrada en un espacio vital mediterráneo que permitiría la soñada autarquía, con las clásicas reclamaciones sobre Istria y la costa dálmata, además de Albania, Grecia e importantes áreas del norte de África. Exaltaba el imperio romano y el nacionalismo, contraponiéndose a los avances en Italia de las tesis internacionalistas, socialistas y comunistas. Su discurso geopolítico facilitó la llegada del fascismo al poder y adoptó características similares a las de la Geopolitik alemana .

Aunque no propiamente como escuela, la geopolítica española ha tenido altibajos; primero por su cercanía con la escuela alemana, en especial con el significado del lebensraum, que permitía en consonancia con la tradición española, justificar la necesidad de consolidar las colonias norteafricanas. Como en la mayoría de los países, la geopolítica española languideció manteniéndose tan sólo en círculos militares.

En la época actual es desde los medios de comunicación y el periodismo que la geopolítica reaparece en forma de opinión o como mera información; también desde las relaciones internacionales o desde la misma estructura administrativa del estado español, la geopolítica reaparece con dinámica propia.

Finalmente, la escuela brasilera nacida a partir de la creación de la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de la Universidad de Sao Paulo y de la fundación de Geógrafos Brasileños en 1.934. Inspirada en la orientación metodológica francesa, se dedica al estudio e investigación de temas ligados directamente a la geografía brasilera, con preferencia a la geografía humana.

Su preocupación actual es la formación de geógrafos tropicalistas en razón a que las dos terceras partes del mundo ocupan zonas tropicales. Su más importante exponente fue Milton Santos quien planteó la renovación de la geografía.

De todas maneras la importancia que logró la geopolítica a comienzos del siglo XX, produjo expresiones como la siguiente, con las que se demuestra la aversión que llegó a generar en algunos círculos:

"La geopolítica, claro, es de particular importancia, ya que es el dogma reinante, más o menos desde la década de 1.880 en esa forma, de la fuerza oligárquica culpable de las dos guerras mundiales que ha habido en el siglo XX, y de las diversas formas colonialistas y neocolonialistas de fines del siglo XIX, y del siglo XX, incluida la forma neocolonialista que los británicos y otros paganos del mismo parecer (como Felipe o Carlos, de la familia real británica, quienes han promovido el culto a Gaia) pretenden imponerle al mundo."

La cita anterior es fiel reflejo de aquella culpa que en la actualidad todavía se asigna a la geopolítica al asociarla como herramienta de poder que despertó intereses expansionistas y lanzó a la guerra a diferentes estados que luego tardaron varias décadas en recuperarse.

Relaciones de la Geopolítica con otras ciencias

En la actualidad la geopolítica recobra especial importancia teniendo en cuenta que la globalización económica trasciende las fronteras nacionales e internacionales a través de los intercambios comerciales; esto no obsta para que a pesar de la globalización, se revisen los procesos geopolíticos.

En tal virtud, es conveniente mostrar como la geopolítica se relaciona con otras ciencias para cumplir con su objetivo:

Con la Geografía: Ya se anotó cómo la Geopolítica tuvo como ciencias madres a la Ciencia Política y a la Geografía y es por esto que quien pretende estudiar geopolítica tendrá que poseer conocimientos geográficos, especialmente en la rama de la geografía política. De lo contrario sería como pretender multiplicar sin saber sumar, pero esto no significa que sean exclusivamente la política y la geografía los fundamentos de la geopolítica, por cuanto a estas concurren toda una diversidad de ciencias.

Con la Sociología: Si la Geopolítica estudia las relaciones hombre-suelo, o mejor, humanidad-territorio, automáticamente queda de manifiesto la comprensión del medio social que habita y explota ese territorio. De esta forma la Geopolítica se interrelaciona con la sociología para analizar las características de la sociedad que conforma el Estado. No hay que olvidar que lo que conocemos como identidad proyecto en realidad se materializa cuando los actores sociales construyen una nueva identidad sobre bases culturales que redefinen su posición en la sociedad y buscan la transformación de toda la estructura social.

Con las Ciencias Económicas: Siendo la economía el fundamento del desarrollo de los estados, se relaciona profundamente con la geopolítica. Los recursos naturales del territorio en especial los que más influyen en los factores del poder, son de particular interés y análisis por cuanto permiten proyectar la vida del estado. “El crecimiento de la Unión Europea y la configuración de una Zona Norteamericana de Libre Comercio, por ejemplo son en parte, intenciones de ejercer influencia política sobre los asuntos económicos a una escala mayor que la del Estado nacional”.

Con la Historia:
La Historia es el puntal de muchas ciencias, entre ellas, de la Geopolítica, la cual fundamenta buena parte de sus estudios en experiencias del pasado; la filosofía de la historia nos lleva a comprender cómo hay una serie de sucesos humanos que se repiten uniformemente en ciclos de tiempo, sin que sean fruto del azar sino de principios sociales y naturales, a los que se dedica con profundidad de análisis la geopolítica. Las relaciones de la Geopolítica con la historia son de tal magnitud que algunos pretendieron cambiar su nombre por el de geohistoria.

Con la Filosofía: El discurso humanístico de la filosofía en búsqueda de la verdad, implica el mejoramiento de las condiciones de vida del ser objeto de su interés (el hombre) y por lo tanto, el determinismo ha sido suavizado por la teoría social que trata de explicar el comportamiento humano desde ángulos diferentes al entorno físico.

Con las Ciencias Militares: Las conclusiones de la Geopolítica buscan encausar la conducción del estado al mantenimiento y/o logro de sus objetivos políticos. Estos objetivos tienen por tanto la particularidad de ser alcanzados por la vía pacífica o por la fuerza, aisladamente o en alianza con otros estados; es entonces cuando entra en juego la estrategia militar para analizar su viabilidad de alcanzarlos a la luz de los medios humanos y materiales de que dispone el estado o el bloque de estados y de las consideraciones geográficas imperantes; así aparece como ciencia hermana o paralela de la geopolítica, la geoestrategia o estrategia tridimensional de grandes espacios, que estudia los factores físicos que influyen en la estrategia, considerada ésta en su más alto nivel.

Es la estrategia la rama de las ciencias militares que tiene como fin la conducción general de la guerra y la organización defensiva de una nación. La geoestrategia, entonces, es la parte de la geografía política que analiza la organización en el espacio de las fuerzas militares, políticas y económicas implicadas en una guerra o en las operaciones de defensa de un territorio .

Racionalismo, determinismo y organicismo como fundamento filosófico de la Geopolítica

En la medida en que el hombre llevó al campo de la utilidad y de la práctica los conocimientos adquiridos, se desarrollaron paralelamente las ciencias y las artes; esto ocurrió con mayor énfasis en Alemania y tal vez por ello correspondió a Inmanuel Kant intuir la geopolítica, cuando en su obra Sentencias habló por primera vez de la política geográfica.

Lástima que este acopio de conocimientos hubiera servido al imperialismo del Kaiser y al nazismo de Hitler para lanzarse a la conquista de Europa mitificando su contenido científico con irrealidades tales como la superioridad aria.

Pero esto no significa que la geopolítica sea exclusivamente alemana, por cuanto es una ciencia y como tal es universal, tendiente no sólo a proyectar estados como grandes potencias, sino también a ayudar a otros a mantener lo que tienen, e inclusive a enseñar a los estados pequeños fórmulas que eviten su desintegración. Así el filósofo alemán Juan Herder en su célebre obra Ideas Sobre la Filosofía de la Historia de la Humanidad, afirmó que la nación es un ser orgánico, una planta de la naturaleza. Sus conceptos estuvieron marcados por un determinismo histórico que lo llevaron a hablar del animal nacional y de la fisiología de la nación.

Por esa misma época, un militar alemán, Dietrich Heinrich Von Bulow, fundamentó la política exterior sobre condiciones geográficas y separó la estrategia política de la estrategia militar, con un criterio revolucionario e irrespetuoso de los valores de la época que le costaron no pocas persecuciones y una desgraciada muerte.

Sería injusto continuar cronológicamente con los antecedentes de la geopolítica sin remitirnos a Napoleón Bonaparte, quien resumió su sabiduría político-militar en la famosa frase “la política de los estados reside en su geografía”.

De Europa pasamos a América, por cuanto su revolución de independencia, tanto de las colonias inglesas del norte como de las españolas del centro y del sur, produjo grandes políticos y militares, uno de quienes en la fecundidad de su pensamiento y dinámica de acción intuyó la geopolítica o al menos manejó los asuntos político-militares con criterio geopolítico.

En Latinoamérica, fue el Libertador Simón Bolívar, quien en La Carta de Jamaica, escrita a un caballero inglés plasmó la más clara expresión de su sentido político-geográfico, de su profundo conocimiento del medio físico, económico y social americano y de su genial intuición sobre el destino de cada uno de los estados que nacerían de su espada libertadora.

En el vasto campo de sus ideas políticas encontramos destacados visos geopolíticos en la mente de Bolívar. Para defender a Hispanoamérica de las pretensiones de la Santa Alianza Europea que pretendía recuperar las colonias para España y con el fin de proyectar mediante una confederación de naciones, la grandeza ibero-americana, promovió en 1.826 el Congreso Anfictiónico de Panamá.

Pero como este proyecto fracasó por el egoísmo de algunos estados, insistió en las Confederaciones de los Andes y del Caribe y hasta su último aliento propugnó por mantener la unidad de la Gran Colombia.

Bolívar luchó hasta su muerte por demostrar que “toda civilización es en esencia y literalmente, civilización espacial".

De esta forma, Bolívar intuyó cómo los grandes espacios son factores generadores de poder nacional; lamentablemente sus generales no comprendieron el fenómeno y por el contrario, creyendo que sus servicios a la libertad les daba derechos feudatorios, cada uno intentó formar en su región una república de su propiedad.

El Presidente norteamericano Jacobo Monroe, coetáneo al pensamiento bolivariano, forjó la doctrina que lleva su nombre, mediante su famoso slogan América para los americanos, pero quizás sus propósitos llevaban veladamente buena dosis de imperialismo a largo plazo. Así lo intuyó Bolívar en la carta a su amigo inglés: “si nosotros los hispanoamericanos no nos unimos, seremos devorados por el espíritu mercantilista de los ingleses del norte”.

Para encontrar el camino que nos lleve a comprender mejor la geopolítica, conviene una referencia al filósofo Juan Fitché, discípulo de Kant y gestor del nacionalismo romántico alemán.

En su orden Guillermo Federico Hegel gestor del idealismo y la dialéctica, afirmó cómo el sujeto de la historia es el pueblo organizado en un estado y cómo el nivel humano sólo puede lograrse dentro del sistema estatal; afirmó además, con claro acento determinístico, que la historia tiene base geográfica por cuanto el suelo determina el carácter del pueblo que habita en él. Seguidor en lo moral de Maquiavelo, sostuvo que los principios éticos deben sacrificarse en beneficio del Estado.

Alejandro de Humboldt ocupa también lugar preeminente como precursor de la geopolítica y es así como en su obra Ensayo político sobre el reino de nueva España, analizó los hechos geográficos y su relación con la vida humana y la política en los estados.

Fue el Barón de Humboldt el gestor de la geografía política y el fundador de la geografía moderna por los trabajos que realizó en sus diferentes viajes.

Carl Ritter sistematizó el pensamiento de Humboldt, extendiendo la influencia de los factores geográficos, no sólo sobre las plantas, los animales y el hombre, sino sobre las condiciones históricas.

En su Geografía Comparada estableció un nuevo método para investigar las causas geográficas de la actividad humana.

En contacto con las ciencias naturales, fue el primero que descubrió la tierra como una fuerza viva y dinámica: la Geografía es la ciencia del globo viviente. Sus alumnos exageraron sus acciones hasta pretender sacar a la geografía de la ciencia natural para situarla como ciencia histórica.

El famoso economista y profesor de ciencia política Federico List fue el primero que lanzó la idea de los grandes espacios y la importancia del control de las comunicaciones de un estado.

También son muy importantes los estudios del famoso naturalista inglés Robert Charles Darwin por cuanto en su libro El origen de las especies, señaló que el espacio es importante para la reproducción y esparcimiento de determinadas especies.

El francés Augusto Comte, creador de la filosofía positivista y de la sociología, con su método experimental abrió el camino a los estudios geopolíticos, al señalar como fuentes de las variaciones sociales, la raza, el clima y la acción política. Es posible que tales afirmaciones fueran el origen del determinismo geográfico, tan discutido desde su aparición.

En nuestro recorrido histórico aparece la Geopolítica de la Modernidad.

El actual proceso global de reestructuración del sistema económico internacional tiene dos proyecciones íntimamente relacionadas: la económica o tecnológica y la estratégica.

Con ello se quiere decir que un conjunto de innovaciones que se originan en la evolución de una determinada lógica científico-comercial, son asumidas por una política global de confrontación pretendidamente final con el mundo excluido. “Esto provoca la existencia de una estructura científica y tecnológica que evoluciona y se desarrolla por medio de impulsos militares y económicos”.

Las discusiones realistas e idealistas sobre la geografía fueron causa del desengaño de los académicos hasta el punto de congelarla, convirtiéndola en una asignatura más de los programas escolares. Afortunadamente en nuestros tiempos, esta ciencia cobra gran importancia por su estrecha relación no sólo, en las relaciones de poder sino por su singular significado en la creación del espacio hasta el punto de reconocerse por parte de la sociología que no es posible generar un nuevo espacio sin crear una nueva sociedad . “Una sociedad solo se crea a partir de actividades que exigen la puesta en valor de un espacio natural preexistente ”.

La conceptualización de la geografía como ciencia espacial se basó anteriormente en una visión absoluta del siglo XX ha hecho hincapié en que el espacio sólo puede comprenderse en términos de los objetos y los procesos que lo forman, implicando que el estudio del mismo debe estar del espacio, pero la crítica humanística que se desarrolló en la segunda mitad ligado a la teoría social.

La preocupación del existencialismo por los seres humanos en situaciones particulares y por la individualidad ofrece un foco potencial para nuevas investigaciones geográficas. Sin embargo, poca atención se ha prestado a esta posibilidad por el énfasis del existencialismo en el individuo y en la libertad y por ende, al rechazo de una ciencia social que se ocupe del establecimiento de las regularidades que rigen el comportamiento humano.

Si en la antigüedad la Geografía se constituyó en teoría y práctica de la guerra, es justo que en el futuro se ocupe de la protección del medio ambiente, del ordenamiento territorial y del mejoramiento de la calidad de vida del hombre. El nuevo orden mundial presupone que la geopolítica actúe como herramienta eficaz en el manejo de las relaciones internas de cada estado, como expresión democrática de la acción política del ciudadano y en las relaciones internacionales con absoluta independencia sin temor a nuevas formas de colonialismo.

“Cuatro son los condicionantes básicos que hacen a la definición de una doctrina de defensa: la geografía, la política, la demografía y la tecnología. Como ninguna nación es igual a otra, en teoría deberían existir tantas doctrinas de defensa como naciones ”.

El libro de Yves Lacoste, La Geografía: un arma para la guerra, publicado en Francia en 1.976 es todo un tratado de conocimientos científicos que van desde la antropología hasta la ecología, pasando por supuesto, por la historia, la geografía física, la geografía humana, la geografía económica, la ciencia política, la estadística, la filosofía, y el arte de la guerra.

Los estados mayores fueron y siguen siendo los cuerpos asesores de los comandantes militares, especialistas por áreas definidas encargados de manejar los asuntos estratégicos para el planeamiento de la guerra. Posteriormente los aparatos estatales y las multinacionales, reforzaron sus actividades mediante el empleo de estados mayores; es a ellos a quienes más les ha interesado la geografía como fundamento ideológico para definir exitosamente los conflictos militares o para ejercer el más común y eterno tipo de guerra: la guerra económica.

La experiencia muestra que los estados que siempre se interesaron por la geografía, o son potencias hoy, o han impedido que sobre su propio territorio se aniden ideologías y sistemas políticos con intereses expansionistas. Es esta precisamente la razón por la cual hoy es posible hablar, por lo menos de ocho importantes escuelas geográficas: la alemana, la inglesa, la francesa, la norteamericana, la soviética, la italiana, la española y la brasilera.

La excesiva práctica de la geografía en el campo ideológico, dio origen a finales del siglo XIX a la aparición de otra geografía: la de los profesores.

Inconscientemente, el discurso ideológico de la Geografía de los profesores “oculta la importancia estratégica de los razonamientos que afectan el espacio ”. Se aleja totalmente de las prácticas políticas y militares y de las decisiones económicas, disimulando la eficacia del instrumento de poder que se constituye mediante los análisis espaciales.

Los estados mayores de los aparatos militares y estatales de las grandes potencias así como de sus multinacionales, por el contrario aprovecharon la decadencia académica y continuaron produciendo cartografía especializada para fines estratégicos militares y comerciales. No es gratuita la presencia de grupos financieros y económicos en los países del tercer mundo con el fin de aprovechar los inmensos mercados que ofrece el sector terciario de la economía.

La estrategia y la táctica de los ejércitos requieren obligatoriamente de cartografía actualizada que facilite la utilización de los armamentos enmarcados en lo que se denomina tecnología de punta. Nunca los mapas podrán ser reemplazados y ese es uno de los elementos del poder que aporta la geografía.

El espacio es el factor que mayor influencia tiene en la vida de los estados. Su interpretación ha sido fruto de la evolución misma de las ciencias geográficas y de las ciencias políticas, desde el concepto puramente descriptivo de los griegos, hasta las concepciones de Ratzel, Kjellen y Haushofer, quienes creyendo encontrar en este factor el eje de la geopolítica, se determinaron por él, guiados por el culto exagerado a su significación y empujando a Alemania hacia el expansionismo. Por ello, conviene ante todo precisar el concepto para después explicar su dimensión y alcance geopolítico.

El espacio como simple extensión, como área superficial mensurable que ocupa cada objeto, según la teoría euclidiana no tiene sentido en geopolítica; porque esta ciencia se ocupa profundamente del significado en cuanto comprende una comunidad políticamente organizada, con necesidades, problemas y aspiraciones comunes; es decir, al mundo circundante donde discurre históricamente la vida del estado y se proyecta hasta cobrar alcances inconmensurables en lo político, económico y social y varias dimensiones según se trate de territorio, mar, espacio aéreo, plataforma continental o subsuelo . Así el espacio, es a su vez resultante de tantos factores interactuantes, que es bien difícil construir sobre él una rígida teoría. Quizás la extensión territorial como tal conserve aún su valor estratégico en el ámbito potencial, aún cuando las nuevas formas de energía y la cobertura de las comunicaciones tiendan a dejarla fuera de lugar.

La diferencia entre territorio y espacio consiste en que el primero, es una forma de espacialidad delimitada en términos políticos y el segundo, está acompañado de la construcción social y de las relaciones entre el hombre y su entorno ..

“El espacio geográfico es el producto de una historia social y como tal, el resultado de una determinada estructura de poder y de un sistema de relaciones productivas ”.

Hanz Weigert afirma que “el hombre moderno debe comprender que el espacio es destino”; por tanto, resulta útil clasificar a los Estados por su extensión en gigantes, grandes, medianos, pequeños y miniestados. Esta clasificación se convierte en problemática cuando de administrar los territorios estatales se trata y se recurre al tema de la soberanía.

“Soberanía y territorio continúan siendo piezas clave del sistema internacional.

Pero se han reconstituido y parcialmente desplazado hacia otras arenas institucionales fuera del estado y fuera de los territorios nacionalizados En los tiempos actuales la soberanía se ha descentralizado y el territorio parcialmente se ha desinstitucionalizado. La soberanía se mantiene como una estructura del sistema, pero ahora está localizada en múltiples arenas institucionales: los nuevos regímenes legales privados transnacionales, nuevas organizaciones supranacionales y varios códigos internacionales de derechos humanos ”

CONCLUSIONES

Al final de este corto análisis que cubre más de un siglo de discusiones, es oportuno dejar en firme algunos conceptos porque el principal inconveniente que ha tenido que sortear la geopolítica ha sido su interpretación. Puede decirse que existieron o existen diferentes corrientes sobre lo que es la ciencia denominada por algunos como “maldita” y sus relaciones con la geografía política, pero por fortuna hoy el panorama es claro y posibilita resumir esas ideas en cuatro visiones principales:

1- La geopolítica es dinámica, como un atleta en competencia, mientras la geografía política es estática, como la pista atlética sobre la cual se realiza la competencia. Esta fue una de las primeras interpretaciones de los geopolíticos anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Según ellos, la geopolítica era una nueva ciencia, o técnica o arte que se ocuparía de la política a nivel geográfico, pero con un abordaje diferente de la geografía y dedicada principalmente a la acción y al poder.

Los geopolíticos de principios del siglo pasado aseguraban que ellos estaban construyendo otro saber, que en la realidad sería más que una ciencia, un instrumento imprescindible para la estrategia, es decir, para la actuación político-espacial del Estado.

Como se puede observar, fue una visión adecuada en su momento histórico y no podemos olvidar que el mundo en la primera mitad del siglo XX, antes de la Gran Guerra, vivía un orden multipolar conflictivo, con una situación de guerra latente entre las grandes potencias mundiales, lo cual legitimaba las acciones de quienes hacían geopolítica en aquél momento.

2- La geopolítica es ideológica y por eso llegó a ser considerada un instrumento del nazi-fascismo o de los estados totalitarios, mientras la geografía política es una ciencia. Esta fue la interpretación de algunos geógrafos en los años 1.930 y 1.940, por ejemplo: A Tener y Leo Waibel y también de un buen número de científicos sociales en la pos-guerra Un nombre bastante representativo de esta visión fue Pierre George, talvez el geógrafo frances más conocido de los años 50 a los 70 del siglo XX que afirmaba que la geopolítica era una pseudo-ciencia, una caricatura de la geografía política.

3- La geopolítica sería la verdadera o fundamental geografía. Esta fue la interpretación que el frances Yves Lacoste inauguró con su famoso libro La Geografía: un arma para la guerra, en 1.976 y que sirvió como ideario para la Revista Heródote, suplemento de geografía y de geopolítica muy destacado en la época . En esa visión, la geografía de verdad, la esencial o fundamental, no habría surgido en el siglo XIX con Humboldt y Ritter, pero si en la antigüedad, durante la aparición de los primeros mapas. De esa manera, lo que habría surgido en el siglo XIX habría sido apenas la geografía de los profesores, la geografía académica, la que básicamente estaría preocupada en esconder o encubrir, como una cortina de humo la importancia estratégica de la verdadera geografía, de la geopolítica en concreto.
La geopolítica o geografía de los estados mayores, o geografía fundamental, existió desde la antigüedad en la estrategia espacial de las ciudades-estado, de Alejandro el Grande, por ejemplo, o a partir de los escritos de Heródoto como el de la Geografía Fundamental, autor y obra que, en una lectura sesgada, habrían representado al imperialismo ateniense

4- La geopolítica hoy se presenta como un área o campo de estudios interdisciplinar. Esta interpretación empezó a predominar a partir del final de los años 1.980, siendo casi un consenso en los días actuales. No se trata tanto de lo que fue la geopolítica y sí de lo que ella representa actualmente.

En consecuencia, si analizáramos quien dio inicio a la geopolítica, entre los grandes hombres que contribuyeron a desarrollar ese saber, seguramente concluiríamos que ellos nunca provinieron de un área única del conocimiento: hubo juristas, por ejemplo Kjellén, geógrafos como Mackinder, militares como Mahan y Haushofer y varios otros especialistas. Hoy es un hecho que la geopolítica está en manos de los economistas y hombres de negocios. Pero lo que más importa es que la Geopolítica se encuentra más viva que nunca y camina de la mano de quienes en el siglo XXI, siguen con la intención de refundar imperios.

Especial agradecimiento debo manifestar a la Dirección General de Estudios de Posgrado y al Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México, entidades que han hecho posible la publicación de este artículo y que patrocinan mi formación doctoral como becario permanente.

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José Luis Cadena Montenegro
jlcadenam@yahoo.com

Marzo de 2006
Geógrafo y Politólogo, Profesional en Ciencias Militares. Magíster en Ciencia Política, Universidad de los Andes; Magíster en Planeación Socioeconómica, Universidad Santo Tomás; Magíster en Geografía y Ordenamiento Territorial, convenio UPTC-IGAC. Doctor en Geografía, especialidad en geopolítica, Universidad Nacional Autónoma de México. Catedrático universitario, Consultor internacional en Defensa y Seguridad.