Usualmente negrillas y subrayados son nuestros.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Raíces económicas del despotismo

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Las negrillas, separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

El Despotismo Oriental
Joaquín Hernández Callejas

La base económica del despotismo oriental

a) La primera figura del Estado aparece en la historia bajo la forma conocida con el nombre genérico de despotismo asiático o despotismo oriental. Los historiadores nos presentan esta forma de Estado desde Egipto, al noroeste de Africa, hasta el Japón pasando por todo el Asia. Este despotismo se caracteriza porque el monarca, llamado (faraón), sátrapa, déspota, tirano, califa, rajá, maharajá, mandarín, etc. reclamaba impuestos cada tres o cuatro meses en el año como una especia de "renta de la tierra". Al cabo de este lapso los pelotones militares se presentaban en las comunidades rurales agrarias y despojaban a las familias de campesinos de todo lo que habían almacenado en aquel corto período. Se llevaban granos, heno, frutos, animales y solo les dejaban los instrumentos de trabajo y escasos medios de subsistencia. La tierra era de propiedad de las comunidades agrarias, pero el dueño de la soberanía territorial era el sátrapa.

b) Este sistema comenzó aproximadamente unos siete mil años A.C. y se perfiló definitivamente con el establecimiento de las dinastías gobernantes cuyo registro está bien establecido en las de los faraones, las de los acadios entre los cuales se cuenta la de Sargón, las de los babilonios entre los cuales se haya Hammurabi, las de los hindúes contra los cuales se rebeló Sidharta Gautama "El Budha", las de China que Confucio organizó con una burocracia obediente y las del imperio del Sol Naciente que aún subsiste con el emperador Akihito.

c) Este régimen de gobierno despótico que ha durado casi nueve milenios ha tenido por base económica lo que los economistas han denominado "modo de producción asiático", que es una forma precapitalista que ha sido de difícil descomposición. Este sistema fue descubierto y escrito en sus memorias por el médico francés Francois Bernier, que fue el terapeuta de cabecera del Gran Mongol, que gobernó en Turquía Europea y Asiática, parte de Persia y el Turkestán de 1650 a 1700. Estas memorias fueron conocidas por Carlos Marx en 1852 y el 2 de junio escribía a Engels revelándole su asombro por la penetrante observación del galeno sobre el sistema de producción en que se desarrollaba la vida económica en aquellas regiones orientales. "He aquí" dice, "el secreto" de la milenaria "paz asiática" la "llave del cielo oriental", o sea el milagro de la inamovible mansedumbre del pueblo asiático.

En efecto: el modo de producción asiático se basa en el sistema de comunidades agrarias que "poseen colectivamente a perpetuidad la tierra y en donde tienen sus viviendas, sus pastizales, sus animales, sus bosques. Los campesinos son dueños del suelo que trabajan, en donde viven con sus familias y sus pertenencias, pero que no pueden vender ni enajenar de ningún modo. Propiamente el dueño es el monarca, el Gran Mongol, pero éste tampoco enajena esa tierra. De esa forma el campesino, o mejor dicho, la comunidad se halla tranquila y, segura y satisfecha; el sátrapa les da protección contra las invasiones de los nómadas y contra las penetraciones extranjeras. Por estas razones las comunidades no se rebelan contra las recaudaciones periódicas de impuestos.

Este sistema es similar al de los Incas, Chibchas, Maya-Quichés y Aztecas a la época del descubrimiento de América.
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El Estado y su pretendida esencia mítica

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El Estado y el Mito
Joaquín Hernández Callejas

El Estado es definido de distintas maneras, pero, en esencia, tienen el mismo objeto: "una organización total de la Sociedad", "la organización jurídica de la Sociedad"; "la autoridad soberana que ejerce el gobierno de las cosas y de las personas dentro de un territorio nacional"; "el poder organizado de una nación"; "una de las formas históricas posibles y concebibles, por la que una comunidad política institucionaliza su unidad, y asume la responsabilidad de su destino nacional".

A esta figura social, jurídica e histórica, se le han atribuido varios elementos, cualidades o propiedades que invaden los linderos de lo mítico. Esos elementos, cualidades o propiedades son: eternidad, divinidad, consubstancialidad (a la naturaleza del hombre), inmanencia (en la esencia de todas las cosas, en el macrocosmos y en el microcosmos); inherencia total (en la esencia de la sociedad humana) anterior a las partes (individuo, familia, sociedad), realización objetiva de la idea, etc. La metafísica racionalista e idealista se ha enseñoreado justificando de la manera más acusiosa y refinada tales atributos. Y así el Estado ha pasado a ser considerado como una entidad mágica, mística y suprema que todo el mundo intuye como un demiurgo: un dios o un demonio, fantástico...

La investigación sociológica, económica, histórica y política de los pueblos, ha venido a demostrar que el Estado es un producto histórico de la sociedad que ha llegado a cierto grado de desarrollo y que, de elemento armonizador de las diferencias con que apareció, se ha convertido en instrumento de dominación por las clases poderosas con el doble objeto de mantener su superioridad y sus privilegios, con lo cual queda destrozada su pretendida esencia mítica.
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