Usualmente negrillas y subrayados son nuestros.

sábado, 6 de octubre de 2007

El político y el científico

Nota nuestra:

Las investigaciones sociológicas de Max Weber sobre la relación entre el político y el científico son esenciales en Ciencia Política. Weber deja insinuado el tratamiento de dos campos diferentes de la acción humana que a nuestro juicio son: el político busca la verdad de clase y el científico la verdad objetiva; el primero defiende intereses de grupo o clase social y su arma teórica es la ideología y el segundo defiende integralidades conceptuales de la humanidad y su arma teórica es la ciencia. Lucaks recordó la definición de ideología como conciencia falsa de la realidad, falsa en el sentido que es sesgada por los intereses económicos principalmente del grupo o clase social que la sustenta. Contrariu sensu la definición de Ciencia podría enunciarse como conciencia cierta de la realidad, por ser objetiva, integral, independiente de los intereses económicos.


El estudio o más bien conferencia de Max Weber puede encontrarse en:


Una referencia al tratamiento del tema de las relaciones entre el político y el científico en Max Weber se encuentra en:


Dice la referencia:


Max Weber, el Político y el Científico

Max Weber, (Efurt 1864 - Munich 1920), historiador y sociólogo alemán. Estudió economia, derecho y filosofia.

Nacionalista y a la vez liberal, se opuso a la política de los epígonos de Bismarck y formó parte de la comisión redactora de la constitución de Weimar. Sus trabajos abarcan muchos aspectos y muy variados, y solamente de una manera parcial manifiestan las tensiones internas del autor y sus enfrentamientos con los utilitaristas, los marxistas y los historicistas. Preocupado por la influencia mutua de los intereses materiales i espirituales en la interacción de las clases y grupos sociales, ivestigó los vinculos entre ideas religiosas y conductas económicas tanto en las sociedades occidentales como en las orientales: en su obra más conocida, Die protestantische Ethik und der Geist des Kapitalismus (La ética protestante y el espíritu del capitalismo, 1904 - 05), estudió nexos entre el protestantismo y la génesis del capitalismo. También se interesó por la naturaleza del poder y sus modalidades, y en todo momento remarcó la pluralidad de las causas del desarrollo de la histórico y la necesidad de conocer los contenidos culturales para interpretar los cambios sociales, en la perspectiva de llegar a una conceptualizaciñon de los colectivos en función del comportamiento social y no de las estructuras.

Al morir dejó inédito, un monumental tratado, Wirtschaft und Gesellschaft (Economia y sociedad) publicado a partir de 1922.

"El político y el científico" (Weber, 1984) tan oportuna en estos tiempos de descrédito de políticos y de escepticismo en las ciencias. Estos dos discursos de Max están encaminados a observar las diferencias entre la vocación del político y el deber del científico. Y se podria describir a éste como un político frutrado y un científico insatisfecho de sí mismo y de su objeto.

La primera pregunta que se formula en este libro es: ¿Qué debe ser un político? Weber sabiendo que el político, en su época, como hoy también, no era precisamente un modelo, propuso un "deber ser" de político a ser imitado por los que sentían esa vocación.

Decía: "un político debe contar con tres virtudes: pasión, sentido de responsabilidad y mesura".

Una definición difícil, por no decir imposible, de ser encarnada. Y es aquí donde está el problema.

Dos virtudes racionales y una irracional excluyentes entre sí y con un equilibrio donde es exigible el sacrificio de una de ellas. Sin duda, podríamos decir que el dilema del político de Weber proviene de dos filósofos griegos: Aristóteles que decía que la mayor virtud de un político era la prudencia, y la pasión, venida de Platón.

Por otro lado Max quiere diferenciar entre la moral de la convicción y la moral de la responsabilidad.

Weber decía que hay dos formas de luchar políticamente por los fines que cada quien concibe. Pero hay una diferencia fundamental: el sacrificio o no de cosas y personas en función de los fines. En efecto, estamos ante el viejo dilema de si el fin justifica los medios o no. Para el convencido de su causa, sólo hay el tipo de moral derivada de los fines por los que combate. "El que triunfa siempre tiene la razón".

Weber llama a estas personas "irresponsables" porque no miden las consecuencias de sus propios actos que recaerán de modo negativo precisamente sobre las generaciones que dicen defender.

Por otro lado, está también el convencido de su causa, pero a diferencia del otro éste obra con responsabilidad. Es aquel que está orientado por ciertos valores éticos que no le permiten ciertos tipos de sacrificio y que siempre pondera las consecuencias de sus actos precisamente midiendo el futuro. Para Weber este tipo de político es el deseable.

Sin embargo, Weber tiene aún su dilema donde la pasión se opone a la mesura y el convencido al responsable. Por esto Weber pretende en este libro conciliar las dos morales.

Por otra parte Max también nos habla sobre la eficacia y la esencia de la política. La política no ha dejado de encerrar en su seno la racionalidad de la eficiacia. Las cosas no son buenas ni malas, sino útiles o inútiles para una empresa cualquiera. En este sentido, a Weber no le interesan los fines, aunque los admite para entender la racionalidad de los políticos de distintos signos. Por eso, es un científico que no se embriaga con la nobleza o las miserias de unas metas abstractas. Por supuesto que en este sentido no deja de hablar por medio de valores. Weber analiza los valores con "relaciones de valores". Y exactamente esa es la paradoja de la política: su eficacia en el terreno de la moral.

Los tipos de dirigentes políticos. En sólo las primeras páginas, Weber define su concepción sobre la violencia del Estado, que ya se ha vuelto un lugar común en la sociología moderna, como legítima.

Luego define los tipos de dirigentes que suelen presentarse en los países con sistemas políticos desarrollados. Habla fundamentalmente de dos clases: del líder carismático y un cierto tipo oscuro -el boss- producto del sistema político norteamericano. Los dos tipos se derivan, a su vez, de los partidos de notables y los partidos de masas.

Al "boss" le dedica una buena cantidad de páginas y tal y como lo describe esta clase de dirigente es el típico político maquiavélico, oscuro, tramposo y sin escrúpulos. Es, en una palabra, el que fabrica a los líderes, pero también el producto del aparato partidario, el funcionario.

Termina diciendo que sólo el de alma fuerte encontrará su vocación de político y que a los demás, como él mismo, no les quedará más remedio que dedicarse a otra cosa o marcharse a casa.

Por último Weber nos habla sobre El científico. Hay tres aspectos básicos que llaman la atención en este discurso de Weber. Son, por un lado, de cara a las ciencias en el que los juicios de valor no deben interferir en los hechos; por otro, el deber del científico de abandonarse a su causa y, por último, la posición del hombre de ciencia ante los fenómenos políticos concretos.

Es una contradicción que Weber, prive de sentido a su objeto, sobre todo cuando él es el defensor de la influencia de los valores en la actividad humana, aunque sólo sea para tomarlos en cuenta y no necesariamente creer en ellos.

Max confirma que la ciencia no puede enseñar cómo vivir o cómo comportarse ante el mundo. El fenómeno se vuelve trágico cuando, por ejemplo, se opone a que los profesores de su Universidad apoyen o combatan una huelga estudiantil. No se trata, dice "con vehemencia", de convertir a los profesores en "profetas".

En resumen, Weber separa entre los hechos y los valores.

Justicia Política según Aristóteles

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Un artículo, con mucho detalle, incluso linguístico sobre el concepto de justicia en Aristóteles.


Tomado de:


http://filosofiammn.blogspot.com/2009/04/la-justicia-politica-de-aristoteles.html


LA JUSTICIA POLÍTICA DE ARISTÓTELES COMO JUSTICIA DEMOCRÁTICA
José Enrique Miguens


Se analiza el concepto aristotélico de justicia política -dejado de lado por los comentaristas modernos- que es superior y englobante de todas las demás formas de la justicia.Abarca dos aspectos: Justicia de la polis como ordenamiento adecuado a la naturaleza politica del hombre y Justicia en la politeia en su cabal sentido de modo de vida democrático, que exige la inclusión de todos los ciudadanos en la comunidad política efectivizando la isonomía y la constelaciòn de conceptos políticos que giran alrededor de este valor fundamental Esta justicia polìtica legitima a los movimientos populares que reclaman mayor participación en las decisiones políticas.


La justicia política (to dikaion politiké) es para Aristóteles el tercer requisito esencial que debe mantener el cuerpo ciudadano actuando deliberativamente (politeuma) para que exista una polis digna de tal denominación y que pueda realizar su finalidad especifica. No tan curiosamente, este concepto ha sido completamente dejado de lado en las ciencias sociales inclusive en las normativas. En las Escuelas de Derecho y de Ciencias Políticas se habla profusamente de las justicias particulares arstotélicas: justicia conmutativa, justicia distributiva, justicia correctiva o rectificatoria y justicia legal y hasta algunos le incorporan una justicia social. Pero no se oye hablar de la justicia política que Aristóteles considera la más importante y englobante de todas las demás y a la que dedica un Capítulo entero en la Etica Nicomaquea (L.V. Cap.6) y en la Etica Eudemia (L. IV, Cap.6) y Magna Moralia: (L.I,Cap.31).


Generalmente se tiende a disolver el concepto de justicia política, que pertenece al ámbito público y político propio de la polis considerada como comunidad política (koinonía politiké), dentro de aquellos otros tipos de justicia que pertenecen más bien al ámbito de lo jurídico privado. A mayor agravamiento, en lo público, como resultante del encuadre mental liberal individualista, solo se ven relaciones bilaterales, obturándose así toda captación de lo propiamente comunitario dentro de lo político que es fundamental en Aristóteles.


Acerca de la justicia conmutativa o recíproca y la correctiva ejercida para enmendar entuertos, no hay posibilidad de confusión con la justicia politica. Pero puede haberla en las dos justicias restantes: la justicia distributiva y la justicia legal.


En Aristóteles todas estas acepciones serían meros aspectos de la justicia particular distributiva. Cuando habla de la adjudicación de honores o de dinero "entre los que tienen parte en un régimen" que califica como justicia parcial (Et. Nic. 1130b 30) no se está refiriendo a una especie de justicia política ni piensa que esto entre en la justicia política. Este mismo principio de justicia distributiva juega en cualquier reparto del botín o de la fama en una tribu guerrera, del producto del robo en una banda de ladrones, de los ingresos y el reconocimiento de méritos en una familia, y modernamente se aplicaría a la distribución de lo producido por una sociedad en cualquier rubro. Nada de esto es justicia política.


Cuando Aristóteles quiere definir su concepto de justicia polìtica dice que es la de los ciudadanos dentro de la polis, la de los polites en cuanto tales, cuya justicia o injusticia no se manifiesta en otro tipo de relaciones.(Et. Nicomaquea. 1134b 5-18 y Magna Moralia L.I, Cap.31) En los dos textos se descartan expresamente otros tipos de relaciones sociales. "Pero aquí no buscamos esa justicia, estudiamos únicamente la justicia política y la justicia politica consiste exclusivamente en la igualdad y en la completa semejanza...Desde el punto de vista en que nos hemos colocado, y encontrándose lo justo en la comunidad política se sigue de aquí que las ideas de la justicia y del hombre justo se refieren especialmente a la justicia política" (M.M. L.I, Cap.31) Vale decir que la justicia politica se refiere a lo justo propio de la convivencia política entre ciudadanos dentro de una comunidad política.


En el campo de las representaciones colectivas, creo que puede verse la diferencia entre ambas concepciones de la justicia en la figura de sus dos diosas. La diosa Themis con su balanza pitagórica es la figura de la justicia prepolítica que encarna los dictados de los themisteis o edictos reales, leyes que se asimilan en el imaginario colectivo a aquellos dictados normativos que Esquilo calificaba como "los tiránicos mandatos imperativos de Zeus" En cambio, la que representa más propiamente a la justicia política encarnada en la polis democrática, la justicia de los tiempos nuevos, es la diosa Diké bajo cuyo patrocinio surgen los nomoi mediante la interacción entre ciudadanos libres e iguales.() Evidentemente aquí se estan representando dos concepciones éticas que dan origen a dos distintas concepciones de la justicia: la ética de la equivalencia que juega en el ámbito de lo privado ( "do ut des", "ojo por ojo", "equilibrio en las prestaciones") y la ética de la solidaridad basada en la amistad cívica y en el respeto mutuo entre los ciudadanos, que juega en el ámbito de lo público politico.


Pienso que lo que ha impedido captar adecuadamente este concepto de justicia política que es clave de la filosofía éticopolítica aristotélica, es la carencia de una visión clara acerca de la entidad propia de lo politico dentro de la vida social, así como de la polis como comunidad política, como una comunidad específica con características distintas a todas las demás comunidades y superior a todas ellas en el campo secular de lo social.El peso que tienen las teorías políticas de tipo individualista y contractualista ha hecho confundir reiteradamente este concepto de "justicia política".


Entonces. Para entender este original concepto aristotélico y sus importantes implicaciones, debemos ubicarnos dentro de los encuadres mentales del Filósofo.


Justicia de la polis. En el caso de la justicia política, esta solo puede existir entre personas libres e iguales que conviven como ciudadanos dentro de una comunidad propiamente política. Esta es, nos dice aquí el Filósofo, una comunidad normada por leyes y costumbres que mantienen un modo de vida propiamente democrático (politeia en su auténtico sentido aristotélico) centrado principalmente en que todos compartan el gobernar y ser gobernados alternadamente. Por eso es que Miller puede decir apropiadamente: "La justicia politica se aplica a aquellos que son naturalmente adecuados (epephukei) para la legalidad y que tienen igualdad en gobernar y ser gobernados" () Por dicha razón, este concepto de justicia politica, no es aplicable sino por derivación a los regímenes de gobierno despóticos y paternalistas que surgen de la matriz de relaciones societarias ente amos y esclavos o entre padres e hijos respectivamente. (Et. Nic. 1134b 8-10 y 12-15)


La parte principal de la justicia polìtica la constituye lo que denomina "justicia natural" que por surgir de la naturaleza humana "tiene en todos lados la misma fuerza y no debe su existencia a que la gente crea esto o aquello" (Ver E.N. L.V, Cap 7) Pero aquí Aristóteles se preocupa por salvar el principio de la justicia politica natural en tanto es aplicado a la polis y a la politeia : "...aunque hay solamente una (politeia) que es en todos lados por naturaleza la mejor" (E.N. 1135a 1-15) O sea, que la primera prescripción de la justicia política natural es que la polis sea una verdadera comunidad política de ciudadanos libres e iguales conforme a su naturaleza, compartiendo la soberanía y alternándose en el gobierno, y que la politeia en cualquier lado solo será auténticamente tal en cuanto se adecúe a esto.


La primera dimensión de la justicia política es pues, como no podría ser de otra manera, la justicia ínsita en la comunidad política, en su modo de vida, en sus estructuras y en el justo modo de ordención de sus instituciones o eutaxía.


¿De qué otra manera podríamos hablar de comunidades politicas justas o injustas si no es por referencia a la justicia política natural propia de las sociedades de personas humanas? De no ser asi. ¿En que nos podríamos fundar para decidir que una sociedad política despótica o una oligárquica es injusta?


Justicia en la politeia. El segundo ámbito de principios de la justicia política se refiere a la evaluación de la justicia o injusticia del régimen político que ordena a los ciudadanos como tales.


En esto, como en todas las cuestiones éticopolíticas, Aristóteles se remite a la experiencia humana y social como punto de partida imprescindible para todo lo referente a la praxis. Así como recurría a lo que la gente considera como actos que en cada tipo de justicia convierten a una persona en justa o injusta, ahora va a recurrir al lengüaje político usual en su momento histórico que, de alguna manera está expresando las experiencias políticas recogidas por el demos ateniense al llevar adelante su proceso de democratizción. Pienso que este segundo ámbito de la justicia política aristotélica se centra alrededor de los conceptos de politeia y de eunomía tal como se entendían en su época.


Como bien apunta Ernst Bloch, el sentido de injusticia de las ordenaciones y configuraciones de las sociedades con respecto a sus miembros aparece cuando hay grupos insatisfechos con sus condiciones de vida y con la posición social que ocupan. () Se trata del conocido paso desde la sensación de privación relativa, a la noción de injustica. La sensación de estar privados de algo que consideran valioso es lo que hace ver a algunos grupos la injusticia de la situación y hace surgir los nuevos conceptos que darán expresión positiva o negativa a todo esto. También, la pérdida de la confianza anteriomente conferida a los grupos dominantes de su sociedad, hace dudar de la validez del sentido de los conceptos así como de la difinicones de situación establecidas por aquellos, que anteriormente eran aceptados sin discusión y que ahora se dicuten como injustos, lo que lleva a forjar nuevos conceptos o nuevos sentidos para los anteriores, así como nuevas definiciones de situación y nuevas evaluaciones de la justicia o injusticia de las situaciones establecidas.


Así fueron apareciendo en la Atenas del siglo V A.C. surgiendo de las luchas de los estamentos negativamente privilegiados y de su necesidad de afianzar las conquistas alcanzadas, una familia de conceptos vinculados entre sí, que Aristóteles recoge. Su concepto de justicia politica (radicalmente diferente del de Platón) se inspira en la injusticia sentido por los aporoi , los privados de recursos de cualquier tipo que les cierra toda salida según el origen mítico de la palabra, que los lleva al conflicto político y al proceso social de democratización, tal como lo relata en la Constitución de Atenas (Caps. II, V, VIII, XII y XVIII) que es el hilo conductor de toda su exposión.


El concepto central alrededor del cual se ensamblan los otros conceptos similarmente orientados, es el de eunomía que se refiere a la buena, adecuada o justa ordenación de las normas y costumbres (nomos) de la sociedad poltica, pero que a paartir del siglo V incluye también a las relaciones de poder dentro de esa sociedad politica. () Como hemos comentado en anteriores publicaciones, eunomía originariamente se refería al orden cósmicosocial impuesto por los dioses y por lo tanto indiscutible, que poco a poco, a partir de las reformas de Solón comienza a significar algo que está al alcance de los hombres discutir y modificar. El hecho de que aparezca el concepto de dysnomía como su término antitético, hace entender que este orden de la polis puede ser malo o bueno, justo o injusto y que corresponde a los hombres llevarlo a la eunomía. () Pero pronto, en este proceso de movilizaciòn politica de la poblacion ateniense, comienza a verse que esta eunomía , este orden justo de la sociedad politica no puede sostenerse frente a los poderosos si no se consigue imponer para todos la situación que expresa el nuevo concepto de isonomía , la igualdad entre todos los ciudadanos, que se convierte asi en la bandera de combate y en el signo de reconocimiento de los movimientos democráticos. Desde la otra vereda sus oponentes comienzan a denunciar a esta tentativa de imponer al que denominan "orden de igualdad" como el gobierno del "populacho impetuoso". Pero así, como resultado no querido, "llevan al pueblo a concientizar el orgullo de ser su propio gobernante...Esto condujo a un darse cuenta completamente nuevo: que tambièn el pueblo podia tener en sus manos las riendas del gobierno...La igualdad era un equivalente de la justicia y una garantía contra el gobierno arbitrario...es un hecho que esta noción continuó funcionando como un metro patrón contra el cual se medían las constituciones" () O sea, que la justicia o injusticia política de las ordenaciones normativas de lo público, se valoran ahora según su posiciòn con respecto a la igualdad, que es lo que dice Aristóteles.


Como todo concepto politico este concepto de isonomía se entiende de distinta manera según las posiciones de cada uno Aunque hoy se lo traduzca casi unánimentnte por "igualdad ante la ley" debido a nuestra defomacion legalista o "nomística" de lo politico, en su origen tenía una acepción más "cratística" como podríamos decir siguiendo a Maier, o sea, referida al poder o al triunfo del pueblo. Para Finley "esta igualdad significò no solo el dercho a votar, a ejercer un cargo y así sucesivamente, sino también y por encima de todo, el derecho de participar de las discusiones políticas del consejo y la asamblea" ()


Alrededor de este concepto de isonomía esgrimido por los partidarios de.la democracia y entendido como igualdad en la particpación politica, gira toda una constelacion de conceptos afines que completan su sentido: isotimía o igualdad en el respeto y el honor entre todos los ciudadanos; isegoría o igualdad en el uso de la palabra en las asambleas políticas; isopsephía o igualdad en el derecho de votar y aprobar decisiones políticas y finalmente, englobando a todos ellos, el concepto de isopoliteia o sea, la igualdad en el derecho de participar plenamente como actor en los modos de vida y en el régimen de gobierno de la polis dentro del sentido democrático que tiene ahora el concepto de politeia que Aristóteles recoge.


La isonomía y su familia de conceptos, se van viendo en la realidad sociopolitica no solamente como un resguardo contra las arbitrariedades de los poderosos, sino tambien como el arma de los más débiles para defenderse de las exclusiones y marginalizaciones de todo tipo con respecto a sus posibilidades de progresar en cualquier ámbito inclusive en el económico, al particpar en un plano de igualdad en las decisiones politicas. Hoy en día, es un hecho bien demostrado en sociología politica que, cuanto más participaciòn en las decisiones tiene el sector menos favorecido, menos desigualdades resultan en todos los demás aspectos.


Claramente se ve -al menos para mí- que Aristóteles con el empleo de esta terminología usual en su época, se está integrando en esta corriente sociocultural y sociopolitica democrática. Para Aristóteles, el concepto de justicia politica dentro de una politeia se refiere a la eunomía que existe en esta, y para él, este término está viculado con las notas de justicia, igualdad y libertad politicas, interrelacionadas entre sí, como puede demostrarse con numerosos textos que omito en mèrito a la brevedad.


Esta gama de significados conectados entre si, conjuntamente con sus referentes empíricos constituyen, en mi opinión, lo que Aristóteles entiende por justicia politica exigible en la politeia . Esta justicia politica se complementa armónicamente con la justicia política exigible de y para la polis , que esta orientada a constituir y mantener aquella entidad que es por naturaleza la mejor forma posible de convivencia humana en lo público.


Todos estos aspectos de la justicia política aristotélica, que surgieron como vimos, de la experiencia histórica del conflictivo proceso de democratización ateniense, dan lugar a una concepciòn activa de la justicia poltica, que queda a cargo del cuerpo de ciudadanos como sujeto responsable de realizarla y de mantenerla. No se trata, como en las concepciones relacionales de la justicia, de un "dar a cada uno lo suyo"como dirìa posteriormente el jurista romano Ulpiano, sino que busca establecer o restablecer la justicia política en la comunidad. En este ámbito, "se hace justicia" o se "realiza la justicia" de otra manera. Se entiende como una acción colectiva para rectificar situaciones estructurales o sistémicas de injusticia política. Se basa en una obligacion jurídica de la comunidad politica de ser justa y de mantener regímenes politicamente justos, obligacion exigible por sus miembros como un derecho que les es propio e inalienable porque está fundado en su naturaleza humana. Se trata de una liberación de la dominación por el establecimiento de la igualdad, la participación y el diálogo.


Cualquier pretensión de dominio sobre los demás, de menoscabo a cualquiera de las formas de la igualdad, cualquier tentativa de excluir o de marginar del poder político a los otros, cualquier impedimento a la plena participación, son situaciones de injusticia politica que deben ser remediadas mediante la acción de todos. Y esto rige tambièn para cualquier régimen politico que niege, disminuya o trabe el ejercio de estos derechos.


Poco asidero hay en el Derecho Público de la modernidad para poder fundar en justicia todos estos legítimos reclamos y exigencias del pueblo. En lo político tenemos el derecho a las que Benjamin Constant definía como "les libertés des modernes" o sea, inmunidades debidas a cada ciudadano en términos de derechos subjetivos individuales. Pero todavía no hemos podido adquirir todas aquellas libertades que podríamos denominar "libertades de los clásicos", los derechos del pueblo como comunidad actuante para librarse de ser dominado y de dominar, para rectificar situaciones estructurales o sistémicas de injusticia politica o para instaurar ordenes políticos justos.


Estos derechos no individualistas sino de índole sociopolítica solamente pueden ser justificados sistemáticamente con la aplicación del concepto de justicia politica de Aristóteles.
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Hacia un concepto aplicado: Justicia Social y Revolución

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El propósito de un político revolucionario consecuente es tomar el poder para concretizar y desplegar la justicia social. De manera que es esencial para el político revolucionario plantearse el problema de la definición de justicia social.

Aristóteles, en la sociedad esclavista, decía que justicia social es "dar a cada quien lo suyo". Y los que más trabajaban, los esclavos eran los que menos recibían lo suyo. La justicia por lo visto es un concepto histórico. En el capitalismo Marx fundamentó científicamente las posibilidades de construir la justicia social liberando al ser humano de la explotación del trabajo.

El "dar a cada quien lo suyo" se convirtió en el pensamiento de Marx, en el uso del excedente económico para beneficio de toda la sociedad y no de una minoría explotadora. La forma de reparto del excedente económico en la sociedad futura depende del tipo, cantidad y calidad del trabajo desempeñado por cada individuo. De manera que al menos en la sociedad socialista y también en la sociedad comunista existen diferencias sociales que dimanan del aporte en términos del trabajo. Retira más y mejor producto social el que más y mejor trabaja.

Engels planteó la postura del marxismo de que el trabajo ha humanizado al hombre, valga la redundancia. El trabajo nos ha separado de la animalidad. El trabajo nos construye material y mentalmente. Por eso el trabajo es la actividad esencial del ser humano y debe concebirse como una necesidad vital; seguramente esta concepción se encuentra a la base de la actitud incansable hacia el trabajo por parte del Ché Guevara.

De manera que el trabajo es la actividad más digna del ser humano: por su medio el ser humano dignifica a los demás y se dignifica a sí mismo.

El político revolucionario debe mantener una actitud hacia el trabajo no mercenaria: por definición toda persona debe tener la oportunidad de dignificarse por medio del trabajo, un revolucionario no debe esperar favores de ningún tipo por que le "consiguió chance" a alguien. Es un deber luchar porque toda persona tenga un trabajo digno, que desde David Ricardo tiene una base material y que en la actualidad consiste en que le permita a la persona recibir los bienes y servicios que le permitan llevar una vida digna, conforme a la satisfacción básica e histórica de sus necesidades. La burguesía como medio de presión y compulsión usa la desocupación estructural para mantener su dominio negándole a las personas su derecho humano a trabajar.

La desocupación no es imputable de manera individual a las personas desocupadas. Es la confesión de la incapacidad de un sistema socio económico para utilizar los recursos de que dispone para crear riqueza social. La desocupación se acentúa en momentos de crisis económicas, de sobre producción por ejemplo, o de aplicación de un modelo económico como el neoliberal.

En la sociedad socialista se espera que la distribución del producto social se realice no a partir de la propiedad o no propiedad de los medios de producción, sino a partir del trabajo desplegado en tanto cantidad y calidad.

El político revolucionario no puede esperar construir una sociedad justa, basada en los términos de "dar a cada quien según su trabajo y a cada cual según su capacidad" si cotidianamente aplica una forma injusta de adjudicar funciones laborales en lo político y en lo económico.

Deben ser ajenos al político revolucionario la priorización en criterios de compadrazgo o nepotismo para delegar tareas y funciones, el criterio básico es la lealtad a la sociedad, la idoneidad, calificación y disposición para el trabajo.

No se puede tener como resultado justicia a punta de injusticia.

Lógicamente el criterio básico es que el trabajador se aleje de la concepción mezquina de la realización del trabajo solamente como un medio de satisfacción de necesidades individuales sin responsabilidad social, sin adscripción de clase y de que reciba más de lo que merece en términos de cantidad y calidad del trabajo desplegado.
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jueves, 4 de octubre de 2007

¿Qué es una campaña electoral?

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Un  artículo que posibilita ideas iniciales sistemáticas sobre el término campaña electoral. Destaca la referencia a la etimología de la palabra, del francés, campagne, campo abierto para la lucha.


La esencia de la campaña electoral es la comunicación política y sus componentes: un plan de campaña, los candidatos, mensajes, imágenes y señales, medios de comunicación de masas, electores, coyuntura electoral y estructura social.


En otro momento en este mismo "portal" se escribe acerca de la importancia de la investigación sociológico política para fundamentar la campaña electoral.


Portal de referencia:


http://www.inep.org/

El artículo dice:


¿Qué es una campaña electoral?


Una campaña electoral es un proceso de persuasión intenso, planeado y controlado, que se realiza durante el periodo precedente a las elecciones de acuerdo con reglas que restringen sus métodos, tiempos y costos; está dirigido a todos o algunos de los electores registrados en una división electoral y su propósito es influir en su elección a la hora de emitir el voto.


Las campañas son una forma de comunicación política persuasiva. Política, porque en ellas se intercambian discursos contradictorios de los tres actores que tienen legitimidad para expresarse públicamente sobre política: candidatos de los partidos, periodistas y opinión pública. Persuasiva, porque pretende cambiar o reforzar las opiniones y las acciones de los electores en determinada dirección, particularmente por medio de imágenes y mensajes emocionales más que objetivos.


La comunicación es el medio por el cual la campaña empieza, procede y concluye: principia cuando los candidatos declaran verbalmente su propósito de participar, y los carteles y bardas anuncian en forma visual los nombres, lemas y logotipos de los partidos y candidatos en competencia; continúa cuando los candidatos se comunican con los electores de manera personal o por la radio y la televisión, debaten con sus opositores y transmiten mensajes por diferentes medios.


La campaña concluye cuando los candidatos comunican su victoria o aceptan su derrota.


La palabra campaña se deriva del término militar francés campagne, campo abierto, utilizado primero para denotar la cantidad de tiempo que un ejército podía mantenerse en el campo y más tarde, para designar una operación bélica particular. En el siglo XVII pasó a Inglaterra con otro significado: la sesión de un cuerpo legislativo. De ahí, se extendió al esfuerzo de hacer que alguien sea electo en un puesto público, particularmente a la fase de proselitismo abierto y activo.


Expresa la idea de que las elecciones son una forma de combate que exige vencer a los contrarios, ya que sólo hay un ganador y una sola oportunidad para ganar.


Las campañas siempre comunican algo: sus temas y mensajes centrales tratan de mostrar el mejor aspecto del candidato, distinguirlo de su competidor y, a la vez, señalar los puntos débiles de la oposición; la comunicación ocurre también mediante la presencia física, la vestimenta, actitudes y comportamiento de los candidatos, así como de los actos que organizan y los medios que utilizan para llevar a cabo la campaña, los cuales proyectan imágenes y señales acerca de su idoneidad para el puesto público que buscan y de su futuro desempeño en el cargo.


Con frecuencia los electores recurren sólo a algunas señas personales de los candidatos -género, edad, profesión, presencia física, etc.- para valorarlos y distinguirlos entre sí.


Todo este enorme esfuerzo tiene el simple propósito de comunicar a un candidato con el electorado, los medios masivos y los otros candidatos; y culmina durante los breves segundos en que el votante marca su boleta electoral.


Las campañas son esencialmente un fenómeno de comunicación, aunque no todos los problemas de una campaña se refieren a la comunicación. Por ejemplo, pueden existir candidatos con capacidades limitadas o con propuestas pobres sin ningún atractivo para el electorado, o partidos cuya imagen perjudica a sus propios candidatos, o escasez de recursos, o falta de oportunidad en el financiamiento.


Todos estos problemas pueden dar al traste con la mejor campaña. Para resolverlos, la comunicación no es el remedio principal, pueden resolverse independientemente o en conjunción con ella, pero no son problemas de comunicación.


Las campañas profesionales pretenden establecer un sistema de comunicación temporal (…) que integra:


l. Un plan que explica cómo se obtendrá el triunfo, define objetivos, tiempos, estrategias, organización y los recursos necesarios para la victoria; trata de producir un esfuerzo de campaña unificado, coordinado y controlado que combine todos estos medios, de modo que el candidato pueda establecer contacto con el elector apropiado de la manera más eficaz y en el momento oportuno para captar su atención, persuadirlo e impulsarlo hacia las urnas; en suma, pretende una comunicación persuasiva de la que resulte el mayor número de votos al menor costo.


2. Candidatos en competencia e interacción quienes, mediante propuestas para solucionar la agenda política del momento y rasgos personales que sugieran un mejor desempeño del puesto público en disputa, intentan persuadir a los electores para que aporten recursos, tiempo, esfuerzo y, sobre todo, votos a su causa, y no a la de sus contrarios.


3. Imágenes, mensajes y señales que se comunican por diversos canales a los electores para orientar su decisión de votar. Canales que van desde las presentaciones personales de los propios candidatos, su familia, avales y representantes, o sus agentes organizacionales de campaña y partidistas como los comités pro voto, hasta impresos y audiovisuales utilizados en la propaganda y la campaña negativa transmitidos por los medios masivos. Imágenes y señales positivas proyectadas por los candidatos o atribuidas a ellos por sus seguidores, que se conjugan con las imágenes v señales que se encuentran en la mente de los electores acerca de cómo debe ser y lo que debe hacer quien ocupe el cargo objeto en elección. Mensajes que expresan la razón o el conjunto de razones para votar por un candidato y no por sus opositores: sus cualidades personales, su ideología partidista, sus propuestas políticas, la necesidad de cambio o continuidad del partido en el gobierno.Es un esfuerzo por difundir los aspectos negativos de los opositores para desalentar a sus posibles seguidores. Se trata de identificarlos y etiquetarlos con algo que provoque el rechazo, el disgusto, la burla o el temor de los electores.


4. Medios masivos que actúan como observadores, árbitros y jueces de la justa electoral, que crean ganadores y perdedores, por cuya cobertura compiten los candidatos mediante información v relaciones públicas en busca del impacto noticioso favorable entre los electores considerados blanco.


5. Electores heterogéneos en sus necesidades y motivaciones que deben decidir, bajo la influencia de su familia y de su grupo de referencia, entre las opciones electorales en pugna y excluyentes que les ofrecen un candidato y las imágenes, mensajes y señales que le envía la oposición. Lógicamente, las campañas dirigen sus esfuerzos de persuasión hacia aquellos electores en los que tienen mayor oportunidad de influir y que con mayor probabilidad serán votantes efectivos el día de la elección. Su blanco principal son los electores indecisos, los independientes y los simpatizantes débiles, tanto en favor del candidato, para reforzar su apoyo, como de la oposición, para que lo cambien, pues aquellos electores que son un fuerte apoyo para cualesquiera de los candidatos o partidos, lo más probable es que no cambien: no son persuasibles por una campaña, ni la necesitan para definir su voto.


6. Un medio ambiente compuesto básicamente por una estructura y una coyuntura dentro de las cuales tiene lugar la campaña v que representa posibilidades v restricciones para su desarrollo, ya que la comunicación nunca ocurre en aislamiento, sino siempre en un contexto. La estructura está integrada por factores geográficos, económicos, sociales, políticos, culturales y legales, como la división electoral, la dimensión del electorado, la demografía, la estratificación ocupacional y social, la competitividad de los partidos, las actitudes hacia las elecciones y la legislación electoral. La coyuntura se refiere al momento en el que transcurre la elección: los temas de la agenda pública, la evaluación popular del gobierno en el poder, los niveles de empleo e inflación, las amenazas a la estabilidad y la paz, el grado en que la gente común relaciona los problemas de su vida cotidiana con la política y el gobierno, etc. La estructura y la coyuntura facilitan o dificultan la eficacia de los mensajes, imágenes y señales de los candidatos.


En esencia, todas las campañas son iguales, pero también revisten rasgos distintivos importantes y se desarrollan bajo condiciones particulares; por eso, no hay reglas, teorías o tecnologías que puedan ser aplicadas uniformemente a cualquier campaña; en cada caso, es necesario utilizar combinaciones diferentes de las mismas conforme a la división electoral, tipo y nivel de elección, partido, candidato, competidores, medios de comunicación disponibles v situación.


En particular, las campañas varían conforme al electorado involucrado, el cual determina la magnitud del esfuerzo a realizar y , por lo tanto, los recursos a emplear v la amplitud de la organización para la campaña.


Un modelo simplificado de campaña profesional: dentro de un medio ambiente y conforme a un plan, un candidato envía por diversos canales un mensaje, complementado con imágenes y señales, a los electores que considera blancos, con el propósito de orientar en su favor la votación.


Las campañas, en su versión moderna, surgieron a principios del siglo XIX como consecuencia del voto universal masivo y del desarrollo de las comunicaciones que hicieron necesaria y factible la aparición pública de los candidatos en diferentes lugares v por diversos medios, cada vez más variados y complejos. A medida que se ha transitado del voto censatario al voto femenino y de la juventud, así como de los caminos de herradura y el ferrocarril al correo directo y las redes de información, los candidatos han ampliado sus posibilidades de llegar a más y más electores de manera instantánea y selectiva, y de aprovechar con mayor rapidez y flexibilidad las oportunidades que se abren durante la campaña o que les brindan los errores de sus opositores para lograr o consolidar la victoria en las urnas.


En consecuencia, la estricta necesidad de los partidos en las contiendas electorales parece cuestionarse frente a los nuevos medios, como la televisión, de que disponen los candidatos para comunicarse directamente con los electores sin mediación de los partidos.


Como los candidatos han aumentado sus posibilidades de movilizar directamente al electorado, las campañas tienden a centrarse en ellos v a organizarse independientemente de la estructura partidista, en tanto que el debate en los medios informativos presta mayor atención a las personalidades que a su partido o sus propuestas políticas.Además, no todas las campañas han sido ni son partidistas.


Los partidos surgieron como instrumentos de movilización de los electores hacia las urnas sólo con la universalización del sufragio, y se hicieron instrumentos indispensables de la acción política hasta el arribo a la sociedad de masas. Asimismo, hay países en donde algunos puestos de elección popular, en ámbitos locales y comunitarios, se excluyen de la lucha partidista para garantizar objetividad y mayor atención a las demandas ciudadanas concretas; en otros, se permiten las candidaturas independientes como un medio de mayor apertura a la acción ciudadana v de limitar el monopolio de la actividad electoral a que tienden los partidos v que, a veces, estimula la apatía v el abstencionismo de los electores al presentarles candidatos quizás atractivos para sus militantes, pero ajenos al electorado general.Sin embargo, los partidos tienen funciones más institucionales, amplias, profundas y permanentes que las campañas. Durante el tiempo entre elecciones, los partidos deben organizar a sus militantes y establecer infraestructuras electorales de mediano v largo plazo, con base en las cuales, en su momento, puedan desarrollarse las campañas de cada uno de los candidatos. Asimismo, corresponde a los partidos la actividad continua de convertir y afiliar electores, de modo que, si cumplieran óptimamente estas funciones, la tarea principal de las campañas sería sólo estimular Y constatar que los militantes de su partido acudieran a las urnas en número suficiente para lograr el triunfo.


En contraste, las campañas son organizaciones temporales ad hoc construidas alrededor de personas, los candidatos, que tienen como misión desarrollar un proyecto único mediante el cual se pretende aprovechar una situación determinada para obtener la victoria.


En términos militares, los partidos tienen por objetivo ganar la guerra con una estrategia general; mientras que las campañas tienen como finalidad ganar batallas mediante tácticas flexibles y dinámicas.Los partidos formulan lineamientos generales, coordinan, apoyan y complementan las múltiples campañas simultáneas que tienen lugar en una elección, a fin de que exista una división racional del trabajo, en primer lugar, entre el candidato y su equipo y, en segundo, entre la organización temporal y ad hoc de campaña v las estructuras institucionales del partido.


Este texto forma parte del Manual de Campaña, Teoría y Práctica de la Persuasión Electoral.


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Etimología de la palabra "política"

"La política: del griego πολιτικος (politikós) «ciudadano, civil, relativo al ordenamiento de la ciudad»" dice la referencia etimológica.


Ya en la época de Aristóteles, cinco siglos antes de Cristo, se tenía un conocimiento básico pero sistematizado del comportamiento del individuo, con relación al todo social. Y los diferentes sistemas y mecanimos de dominación y sometimiento de los individuos al poder del Estado, concretizado en la ciudad griega. Como ejemplo, Aristóteles trata como uno de los temas del capítulo I de su Política, la "superioridad del Estado sobre los individuos (y) la necesidad de la justicia social".

Definición de Ciencia Política

Una interesante nota que refiere el origen de la palabra "Ciencia Política" a finales del siglo XIX (1880), atribuida a un profesor universitario de la Universidad Jonh Hopkins, Herbert Baxter Adams. Nos parece que aunque la referencia sostenga que la Política era tratada como filosofía o como jurisprudencia antes de se usara el término "ciencia política", probablemente muy pocas ciencias, desde su origen tuvieron un fundamento tan sistemático, que ya a partir de Aristóteles, por ejemplo, puede hablarse de Ciencia Política.

La referencia puede verse en:

Biblioteca del Político

Una buena selección de textos para iniciarse en el estudio de la Ciencia Política, puede encontrarse en:

http://www.inep.org/content/category/5/82/72/

Es interesante notar que en la mencionada colección se incluyen textos de estudiosos conocidos como sociólogos, más que como políticos, tal es el caso de Max Weber, del que se presentan dos trabajos: la política como vocación y la burocracia. No encontramos otro trabajo de Max Weber en donde diferencia entre "el político y el científico", que, no nos cabe duda, sería de gran utilidad para tener ideas sobre los distintos status y papeles.En la selección de textos se puede atisbar una lectura cronológica que sería, a nuestro juicio iniciada por la lectura de Aristóteles y otra lógica, que incluiría el agrupamiento de temas militares en los trabajos de Sun Tzu y Von Clausewitz. Seguiremos examinando la bibliografía para generar un esquema histórico cronológico e histórico lógico de la Ciencia Política representado por textos a los que se tenga acceso.

A modo de presentación

Desde hace mucho tiempo hemos sentido la necesidad de un instrumento para compartir, que quiere decir someter a discusión, nuestro pensamiento político de izquierda. Al mismo tiempo siempre pensamos que era necesario ampliar nuestra cultura política, es decir movernos en las dos dimensiones de la política, como ideología y como ciencia. Como sabemos la ideología busca la verdad en los intereses de clase social y la ciencia busca la verdad en el conocimiento. Las dos se iluminan mutuamente, pero también se oscurecen mutuamente. Examinar los problemas políticos elevando el nivel de análisis y al mismo tiempo, dicho sea con la modestia del caso, impulsando la defensa de los más caros intereses de la humanidad, es el objetivo de este esfuerzo de intercambio de ideas políticas.