*
Las negrillas son nuestras para efectos de estudio.
Recibimos esta carta por e mail y la publicamos precisamente por eso, porque es pública y porque es una muestra concreta de la relación entre política y música.
A nuestro juicio, Carlos Mejía Godoy es un genio musical latinoamericano, dicho sea sin un ápice de adulación; por varias razones, por la originalidad de las letras, la melodía y armonía de sus composiciones musicales, por el relevamiento cultural de la idiosincracia nicaraguense y latinoamericana.
Mi padre fué músico, maestro y abogado y me enseñó por medio de lecciones familiares y durante mucho tiempo al menos a apreciar la música, la que practiqué y estudié algun tiempo y con esos limitados pero básicos conocimientos, externo estos criterios.
Carlos Mejía Godoy es una fusión de poeta, escritor y músico, una especie de Salarrué, nuestro genio literario salvadoreño de los Cuentos de Barro y los Cuentos de Cipotes, mezclado con Paquito Palaviccini, creador del Xuc, un ritmo popular propio en El Salvador. Y más, Carlos Mejía Godoy es un hombre de izquierda, serio en política.
CARTA ABIERTA AL PUEBLO DE NICARAGUA
Por Carlos Mejía Godoy.
Nota aclaratoria: Esta carta no va a dirigida a los politiqueros, politólogos, marxólogos y sandinólogos. Mucho menos a esa casta de trasnochados inquisidores, como el Señor Pablo Amaya, quien –con argumentos fabricados por su fecunda imaginación- me pone en la triste nómina de los tránsfugas y los traidores.
Querido y respetado pueblo nicaragüense:
Ustedes me vieron nacer, desde la raíz y la placenta, como artista, patriota y revolucionario. Ustedes hicieron una colecta pública, para ayudarme a pagar la multa que el régimen somocista me impuso, por denunciar las torturas, desde mi programa “Corporito” en Radio Corporación. Ustedes me vieron erguirme, solito con mi acordeón, en las esquinas de los barrios, en las plazas de los pueblos, en los mercados y los atrios de las iglesias. Ustedes me apoyaron y resguardaron mi seguridad, cuando fui mil veces perseguido y amenazado por denunciar la opresión. Ustedes estuvieron conmigo en el Open 3 (hoy Ciudad Sandino) cuando fui capturado por intentar estrenar la Misa Campesina. Ustedes me protegieron y me ocultaron, cuando la G.N. me buscó casa por casa en el “Isabel Urbina”. Ustedes, pobladores de Las Américas, Unidad de Propósitos, Larreynaga, Ducualì, Nicarao, 14 de Septiembre, se movilizaron cuando estuve recluido en “La Chiquita” de La Aviación. Por tanto, sólo a ustedes y únicamente a ustedes, les debo esta aclaración, en medio de este río revuelto de rumores y cuechos.
1- Obtuve la militancia sandinista como el más humilde ciudadano, transportando armas y compañeros clandestinos. Jamás pedí un privilegio para mí y en tres décadas, escribí más de 300 canciones, que puse a la disposición del pueblo, sin esperar a cambio ni un solo centavo. Cuando sobrevino la derrota electoral, devolví la casa, que se me asignó en Las Colinas, a sus legítimos dueños. La vivienda que comparto con mis hijos, la estoy pagando, desde sus cimientos, con el sudor de mi canto.
2. Me retiré del FSLN, tranquilo, en paz, con la frente en alto. Con la infinita satisfacción de haberle dado mis mejores años a un proceso que abracé con fe, entusiasmo y honradez. Me retiré calladamente, sin escándalos. Hoy trabajo con mis hermanos en la Fundación Mejía Godoy, para darle continuidad a los principios y valores que adquirí en mi juventud. Desde entonces juré, por la sangre santa de los mártires, lo mismo que hoy ratifico con la misma firmeza: “Volveré a cantar en la Plaza, hasta el día en que se depongan los intereses personales y, en base a la democracia interna del partido, se vuelva a construir, sin fisuras, la Unidad Sandinista, para volver a beneficiar a nuestro pueblo con un programa auténticamente revolucionario.
3. Durante este lapso, jamás ha salido de mis labios una sola ofensa personal, de cara a la vida privada de los líderes del FSLN. Los conceptos vertidos en mis declaraciones públicas, así como los textos de mi obra musical, han sido duros y directos, pero basados en la crítica sincera y honesta. Ni un ápice de “doble moral”: lo que como ciudadano exijo a un funcionario público, lo rubrico con mi actitud cotidiana.
3. Toda Nicaragua conoce mi posición, respecto a mis derechos autorales, que originó un fuerte diferendo con el gobierno. Ratifico lo dicho: Si bien es cierto, todas las canciones (regionales, picarescas y testimoniales) fueron inspiradas en el trabajo, el quehacer y la lucha libertaria del pueblo, también es totalmente cierto, que toda esta obra está registrada legalmente en España y, de acuerdo a la Convención de Viena, soy dueño universal de este patrimonio, que será –con mi honradez y mi integridad- la única herencia que dejaré a mis hijos.
4. No ha habido en todo este tiempo, ningún diálogo con el Gobierno del Presidente Ortega. No he recibido la mínima propuesta para invitarme a cantar en la Plaza, mucho menos subir a recibir una medalla o una distinción. Lo cual me estimula, porque significa que ellos conocen mi decisión inquebrantable y no dudan de mi respuesta categórica. Si el Presidente, durante el discurso del 19 de Julio, en un gesto positivo que me tomó de sorpresa, hizo un reconocimiento público a la obra y los derechos autorales de los Mejía Godoy, lejos de avergonzarme me expresó que las agresiones de que fui objeto, no tenían sentido y, lo más importante: nunca es tarde para rectificar un error. Pero, ojo! eso no significa que estoy “negociando” mi posición ética. Si el Señor Pablo Amaya, me vio conversando con mi cuñado, el Coronel Emmet Lang en el Hospital Militar, lamento no ofrecerle en bandeja la primicia de mi claudicación. Para frustración de Don Pablito, estábamos hablando estrictamente de la salud de mi hijo Augusto, que en ese momento se encontraba al borde la de la muerte. Será acaso que, en el futuro, debo “pedir permiso” a los “radicales de tertulia”, para no entrar en sospechas de alta traición?
4. Finalmente, sólo me resta agradecer los centenares de correos, que he recibido recientemente y en los que abunda el cariño y el respeto que me he ganado durante toda mi vida. En la calle no he recibido un solo reproche. Eso quiere decir que “al pueblo no se le da gato por liebre”. Por mi parte, yo sigo, dando la batalla sin tregua. Estrenaré el 10 de Septiembre mi nueva obra MURAL SONORO A LOS HEROES DE LA PATRIA. Mientras llega ese momento, les dedico esta trova, recién salida del comal y que es -hoy por hoy´- mi declaración de principios:
Yo quiero una Nicaragua linda, yo quiero una Nicaragua libre como mi canción. Yo quiero una Nicaragua fragante y luminosa, como una muchacha hermosa que danza libre bajo el sol. Yo quiero una Nicaragua en paz y armonía, yo quiero una Nicaragua en plena libertad, donde nadie machaque la flor de mi alegría, ni le ponga camisas de fuerza a mi manera de pensar. Yo quiero una Nicaragua en eterna primavera, una patria gallarda, sin cadenas ni muros, donde nadie trafique con mi sed de futuro, una patria que avance segura al porvenir. Vamos, Nicaragua, Patria y Libertad. Por la Democracia no hay un paso atrás. Vamos, Nicaragua, fuerza y voluntad. Ancho es el camino de la dignidad.
Pueblo de Nicaragua, mirándote a los ojos, te prometo una vez más: Jamás te defraudaré. Y te digo, como en aquella canción: Si ves que avanzo, seguime. Si me detengo, empújame. Y si acaso retrocedo, ahí mismo liquídame. Recibí, con este juramento, un abrazo del tamaño de mi amor.
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Las negrillas son nuestras para efectos de estudio.
Recibimos esta carta por e mail y la publicamos precisamente por eso, porque es pública y porque es una muestra concreta de la relación entre política y música.
A nuestro juicio, Carlos Mejía Godoy es un genio musical latinoamericano, dicho sea sin un ápice de adulación; por varias razones, por la originalidad de las letras, la melodía y armonía de sus composiciones musicales, por el relevamiento cultural de la idiosincracia nicaraguense y latinoamericana.
Mi padre fué músico, maestro y abogado y me enseñó por medio de lecciones familiares y durante mucho tiempo al menos a apreciar la música, la que practiqué y estudié algun tiempo y con esos limitados pero básicos conocimientos, externo estos criterios.
Carlos Mejía Godoy es una fusión de poeta, escritor y músico, una especie de Salarrué, nuestro genio literario salvadoreño de los Cuentos de Barro y los Cuentos de Cipotes, mezclado con Paquito Palaviccini, creador del Xuc, un ritmo popular propio en El Salvador. Y más, Carlos Mejía Godoy es un hombre de izquierda, serio en política.
CARTA ABIERTA AL PUEBLO DE NICARAGUA
Por Carlos Mejía Godoy.
Nota aclaratoria: Esta carta no va a dirigida a los politiqueros, politólogos, marxólogos y sandinólogos. Mucho menos a esa casta de trasnochados inquisidores, como el Señor Pablo Amaya, quien –con argumentos fabricados por su fecunda imaginación- me pone en la triste nómina de los tránsfugas y los traidores.
Querido y respetado pueblo nicaragüense:
Ustedes me vieron nacer, desde la raíz y la placenta, como artista, patriota y revolucionario. Ustedes hicieron una colecta pública, para ayudarme a pagar la multa que el régimen somocista me impuso, por denunciar las torturas, desde mi programa “Corporito” en Radio Corporación. Ustedes me vieron erguirme, solito con mi acordeón, en las esquinas de los barrios, en las plazas de los pueblos, en los mercados y los atrios de las iglesias. Ustedes me apoyaron y resguardaron mi seguridad, cuando fui mil veces perseguido y amenazado por denunciar la opresión. Ustedes estuvieron conmigo en el Open 3 (hoy Ciudad Sandino) cuando fui capturado por intentar estrenar la Misa Campesina. Ustedes me protegieron y me ocultaron, cuando la G.N. me buscó casa por casa en el “Isabel Urbina”. Ustedes, pobladores de Las Américas, Unidad de Propósitos, Larreynaga, Ducualì, Nicarao, 14 de Septiembre, se movilizaron cuando estuve recluido en “La Chiquita” de La Aviación. Por tanto, sólo a ustedes y únicamente a ustedes, les debo esta aclaración, en medio de este río revuelto de rumores y cuechos.
1- Obtuve la militancia sandinista como el más humilde ciudadano, transportando armas y compañeros clandestinos. Jamás pedí un privilegio para mí y en tres décadas, escribí más de 300 canciones, que puse a la disposición del pueblo, sin esperar a cambio ni un solo centavo. Cuando sobrevino la derrota electoral, devolví la casa, que se me asignó en Las Colinas, a sus legítimos dueños. La vivienda que comparto con mis hijos, la estoy pagando, desde sus cimientos, con el sudor de mi canto.
2. Me retiré del FSLN, tranquilo, en paz, con la frente en alto. Con la infinita satisfacción de haberle dado mis mejores años a un proceso que abracé con fe, entusiasmo y honradez. Me retiré calladamente, sin escándalos. Hoy trabajo con mis hermanos en la Fundación Mejía Godoy, para darle continuidad a los principios y valores que adquirí en mi juventud. Desde entonces juré, por la sangre santa de los mártires, lo mismo que hoy ratifico con la misma firmeza: “Volveré a cantar en la Plaza, hasta el día en que se depongan los intereses personales y, en base a la democracia interna del partido, se vuelva a construir, sin fisuras, la Unidad Sandinista, para volver a beneficiar a nuestro pueblo con un programa auténticamente revolucionario.
3. Durante este lapso, jamás ha salido de mis labios una sola ofensa personal, de cara a la vida privada de los líderes del FSLN. Los conceptos vertidos en mis declaraciones públicas, así como los textos de mi obra musical, han sido duros y directos, pero basados en la crítica sincera y honesta. Ni un ápice de “doble moral”: lo que como ciudadano exijo a un funcionario público, lo rubrico con mi actitud cotidiana.
3. Toda Nicaragua conoce mi posición, respecto a mis derechos autorales, que originó un fuerte diferendo con el gobierno. Ratifico lo dicho: Si bien es cierto, todas las canciones (regionales, picarescas y testimoniales) fueron inspiradas en el trabajo, el quehacer y la lucha libertaria del pueblo, también es totalmente cierto, que toda esta obra está registrada legalmente en España y, de acuerdo a la Convención de Viena, soy dueño universal de este patrimonio, que será –con mi honradez y mi integridad- la única herencia que dejaré a mis hijos.
4. No ha habido en todo este tiempo, ningún diálogo con el Gobierno del Presidente Ortega. No he recibido la mínima propuesta para invitarme a cantar en la Plaza, mucho menos subir a recibir una medalla o una distinción. Lo cual me estimula, porque significa que ellos conocen mi decisión inquebrantable y no dudan de mi respuesta categórica. Si el Presidente, durante el discurso del 19 de Julio, en un gesto positivo que me tomó de sorpresa, hizo un reconocimiento público a la obra y los derechos autorales de los Mejía Godoy, lejos de avergonzarme me expresó que las agresiones de que fui objeto, no tenían sentido y, lo más importante: nunca es tarde para rectificar un error. Pero, ojo! eso no significa que estoy “negociando” mi posición ética. Si el Señor Pablo Amaya, me vio conversando con mi cuñado, el Coronel Emmet Lang en el Hospital Militar, lamento no ofrecerle en bandeja la primicia de mi claudicación. Para frustración de Don Pablito, estábamos hablando estrictamente de la salud de mi hijo Augusto, que en ese momento se encontraba al borde la de la muerte. Será acaso que, en el futuro, debo “pedir permiso” a los “radicales de tertulia”, para no entrar en sospechas de alta traición?
4. Finalmente, sólo me resta agradecer los centenares de correos, que he recibido recientemente y en los que abunda el cariño y el respeto que me he ganado durante toda mi vida. En la calle no he recibido un solo reproche. Eso quiere decir que “al pueblo no se le da gato por liebre”. Por mi parte, yo sigo, dando la batalla sin tregua. Estrenaré el 10 de Septiembre mi nueva obra MURAL SONORO A LOS HEROES DE LA PATRIA. Mientras llega ese momento, les dedico esta trova, recién salida del comal y que es -hoy por hoy´- mi declaración de principios:
Yo quiero una Nicaragua linda, yo quiero una Nicaragua libre como mi canción. Yo quiero una Nicaragua fragante y luminosa, como una muchacha hermosa que danza libre bajo el sol. Yo quiero una Nicaragua en paz y armonía, yo quiero una Nicaragua en plena libertad, donde nadie machaque la flor de mi alegría, ni le ponga camisas de fuerza a mi manera de pensar. Yo quiero una Nicaragua en eterna primavera, una patria gallarda, sin cadenas ni muros, donde nadie trafique con mi sed de futuro, una patria que avance segura al porvenir. Vamos, Nicaragua, Patria y Libertad. Por la Democracia no hay un paso atrás. Vamos, Nicaragua, fuerza y voluntad. Ancho es el camino de la dignidad.
Pueblo de Nicaragua, mirándote a los ojos, te prometo una vez más: Jamás te defraudaré. Y te digo, como en aquella canción: Si ves que avanzo, seguime. Si me detengo, empújame. Y si acaso retrocedo, ahí mismo liquídame. Recibí, con este juramento, un abrazo del tamaño de mi amor.
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