Las negrillas y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.
Los partidos políticos en tiempo de Jesús (I)
Dr. Joaquín Hernández Callejas
Diario El Mundo, 1 de febrero de 1968
San Salvador, El Salvador, América Central
Naturalmente que no estamos hablando de partidos como los constituidos en la época actual en que tales organizaciones son consideradas por algunas constituciones como órganos del Estado. Máxime cuando todos sabemos que en el Oriente asiático la democracia fue desconocida para aquellos pueblos de organización teocrático feudal; y que, por consiguiente, el pueblo judío, en tiempos de Jesús, acataba la ley impuesta por Jehová y refrendada por el Rey el procónsul romano.
En consecuencia hablamos de “partidos” en el sentido de partes, sectas o grupos sociales que canalizaban la opinión pública aparentemente sólo en cuanto a la interpretación de la ley divina; pero vista con más detenimiento y analizada la composición de las clases sociales y su actuación histórica, se verá que su contraste no obedece sólo a los intereses religiosos, sino también a intereses económicos y a preocupaciones relativas al poder político, sucesivamente en manos de los persas, los griegos y finalmente los romanos, ante quienes Herodes El Grande (el que mandó a degollar a los niños inocentes) ofreció sumisión y obediencia para mantenerse en el trono como rey de los judíos.
Entre los judíos del tiempo de Jesucristo, cuatro corrientes intelectuales informaban o conducían la opinión pública y se disputaban el disfrute del poder económico y político, a saber: los saduceos, los fariseos, los celotes, y los esenios.
Flavio Josefo, el ilustre historiador israelita que nació doce años después de la muerte de Cristo, en su libro HISTORIA DE LA GUERRA JUDAICA citado por Karl Kautsky en su obra EL CRISTIANISMO, dice que hay tres corrientes intelectuales entre los judíos: los fariseos, los saduceos y los esenios. Pero en el transcurso de la historia del pueblo judío se ve claramente que los celotes tuvieron fuerte influencia que no es justificable ignorar de ningún modo, máxime cuando el mismo Flavio Josefo los menciona con detalles posteriormente.
Los SADUCEOS representan la nobleza sacerdotal que había ganado el control del estado judaico. Este control lo tuvieron por mucho tiempo: primero bajo la dominación persa, después bajo los griegos y por último bajo los romanos. Esta nobleza sacerdotal eran los señores absolutos del templo, y no olvidemos que el templo era el símbolo de poder sobre Jerusalén y sobre todo el judaísmo.
El pensamiento religioso de los saduceos puede condensarse así: niegan la influencia del destino sobre la vida de los hombres y en todo; a Dios no se le puede reprochar por las buenas o malas acciones de los hombres; sólo el hombre es responsable de sus hechos de acuerdo con su libre voluntad; el alma no es inmortal y no hay recompensas o castigos después de la muerte. Flavio Josefo dice que los saduceos son crueles hasta con ellos mismos y severos con sus compatriotas y los extranjeros.
Los FARISEOS comenzaron a tener influencia unos treinta y siete años antes de Jesucristo al punto que los saduceos dueños del poder actúan con la opinión de los fariseos “porque de otro modo el pueblo no los toleraría” (Flavio Josefo, “Antiguedades”, citado por Kautsky).
Las ideas de los fariseos tienen su origen en la secta de los “asideos” dirigida por Judas el Macabeo que luchó patrióticamente contra la dominación de la dinastía griega de los saléucidas unos ciento sesenta y siete años antes de Cristo y fueron gradualmente dominando la opinión del judío común, cobrando más ascendencia que los saduceos aristócratas.
A los fariseos se les consideraba piadosos: eran los maestros espirituales de las masas judías; los más astutos, inteligentes y poderosos; podrían haber derrocado al rey y a los saduceos pero como hábiles políticos esperaban una situación favorable para tal empresa.
Las ideas religiosas de los fariseos pueden condensarse así: todas las cosas son determinadas por el destino y por Dios. El hombre puede hacer libremente el bien y el mal pero el destino influye en sus actos; el alma del hombre es inmortal; el alma de los justos entra en nuevos cuerpos; el alma de los perversos será atormentada por sufrimientos eternos.
En la época de Jesús los fariseos habían alcanzado su mayor influencia en el gobierno de Jerusalén y se habían vuelto indiferentes a las necesidades de las masas.
4 comentarios:
gracias me sirvio mucho
Gracias me ayudo mucho sigan escribiendo cosas tan utiles para nosotros
Gracias me sirvio michojajajaja que risa
Gracias me ayudo mucho con mi tarea
Publicar un comentario